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Entrevista con F. Arellano, director de “Delirio”

Iniciado por icrp1961, 05 de Junio de 2016, 08:19:14 AM

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icrp1961

Cita de: icrp1961 en 05 de Junio de 2016, 07:57:59 AM
Aúnque ya ha salido (y he adquridido) el número 17 hoy empezaré esta revista literaria en formato de libro.

V.V.A.A. - Delirio Ciencia Ficción y Fantasía - Nº 15


Los contenidos del nº 15:

NARRATIVA
Las galaxias fantasma, Piers Anthony
La esposa del árbol, Mary Elizabeth Counselman
Mobilis in vacuo. Veinte mil leguas de viaje submarino, de Jules Verne. Capítulo inédito, Jean-Pierre Laigle
Elementales, Ursula K. Le Guin
Pompe Funèbre, Robert W. Chambers
La fuerza de los derechos, Robert J. Sawyer
Los inmortales de la Atlántida, Brian Stableford
La oscura majestad de la Dama Cuervo, Juan Ángel Laguna Edroso
La vida cerebral, Justo S. López de Gomara

ILUSTRACIÓN / CÓMIC
Fortunino Matania

POESÍA
Noches de viento, Robert Louis Stevenson
A Felis (el gato de Frank Belknap Long), H. P. Lovecraft

ESTUDIO
Metrópolis frente a Metrópolis: de Fritz Lang a Thea von Harbou, José Miguel García de Fórmica
Las otras islas del doctor Moreau, Javier Martín Lalanda
Las fuentes de Gordon Pym, Hans Pfaall y otras piezas de Poe, J. O. Bailey

Además, y esto es para Edu (y para quien quiera leer sobre ciencia ficcion y literatura fantástica), una interesante entrevista a Francisco Arellano, reciente premio Gabriel, realizada por otro "incombustible" de la era de los "fanzinerosos" de los años setenta, Frank G. Rubio, en la época de la salida de este número decimoquinto de Delirio:
http://www.elpulso.es/entrevista-con-f-arellano-director-de-delirio/

Creo que interesará a todos a los que la ciencia ficción y el fantástico les importe algo.
Music shouldn't be easy to understand. You have to come to the music yourself, gradually. Not everything must be received with open arms. (John Coltrane, 1963)
"Nada es verdad, todo está permitido" (El almuerzo desnudo, William S. Burroughs)

icrp1961

Entrevista con F. Arellano, director de "Delirio"
26 febrero, 2015 por Frank G. Rubio


"La literatura fantástica no sobrevivirá a la distopía que nos rodea y que amenaza con devorarnos"

FGR: ¿Qué es Delirio?  ¿Cuándo, cómo, por qué...?
FAS: Cuando empezamos hace ya más de siete años, en 2007, con la editorial La Biblioteca del Laberinto, la verdad es que no teníamos en mente la preparación de una revista como Delirio. Nuestra idea era sacar libros relacionados de algún modo con la ciencia ficción. Delirio (su germen se llamaba Marginalia y fue una revista de la que solo llegó a aparecer un número) era una idea que daba vueltas por mi cabeza, pero sin llegar a concretarse. Una buena mañana, cuando ya habíamos publicado unos cuantos volúmenes de la colección Delirio (libros), nos escribió un antiguo lector de Marginalia (de Barcelona, por más señas) y nos dijo que por qué no la resucitábamos. Me puse a pensar en aquella idea y al final nos decidimos. La idea que me movía en ese momento era la misma que me llevó (hacía ya más de veinticinco años) a empezar con el sueño de Marginalia: reunir en un solo volumen relatos y artículos relacionados de algún modo con la literatura fantástica, utópica o, de algún modo, extraña. No quería sacar entonces (no en esta nueva aventura) solo ciencia-ficción o terror o fantasía... Mi intención era publicar todo aquello que de un modo u otro me resultara interesante por una u otra causa. Delirio iba a ser como fue Marginalia en su tiempo: un batiburrillo de materiales que yo considerase atractivos, muy bien presentados gráficamente (cosa que apenas pudo ser con Marginalia por la diferencia de tiempos y, sobre todo, de medios) y con una amplia documentación para que los lectores supieran en todo momento con qué se las tenían que ver.
Actualmente no hay ninguna revista (sí hay algunos fanzines y otras publicaciones de aficionados, aunque no del mismo modo que nosotros) que cubra el campo que nosotros cubrimos. Supongo que es debido a la cantidad de trabajo que lleva una publicación como esta que, incluso con la periodicidad semestral que nosotros intentamos con mayor o menor fortuna mantener, cuesta muchísimo trabajo armar de una manera sensata. Si se toma cualquier número de la revista podemos ver una amplísima selección de autores (tanto contemporáneos como clásicos), lo que nos obliga a estar leyendo continuamente para mantener al día el interés de los textos seleccionados. Contamos para ello con algunas ayudas seleccionando materiales y hemos empezado hace unos números a publicar algunas secciones que podríamos llamar «fijas». Me imagino que nuestros lectores (muchos menos de los que nos gustaría tener) son conscientes del trabajo que representa cada número de la revista (y estamos acabando con el número 15): seleccionar, traducir en su caso, revisar las veces que haga falta, preparar la introducción que acompaña cada cuento, maquetarlo, buscar las ilustraciones... Trabajo y mucho trabajo. El resultado es, a mi entender, muy bueno (porque, si no lo fuera, no lo haríamos), tanto que ya hemos recibido un Premio Ignotus como mejor revista de literatura fantástica y pensamos repetir.
Delirio es un proyecto casi personal (aunque hay mucha gente que colabora en él y sin las cuales la revista no podría aparecer, porque facilitan traducciones, ensayos, comentarios...), y así seguirá siéndolo. Es un proyecto de largo recorrido y, a la larga, se verá el objetivo que se perseguía desde el primer momento y que creo que ya puede empezar a verse: una publicación de referencia en cuanto a la literatura fantástica (un modo muy general de decirlo) se refiere.

FGR: ¿Como ves el panorama de lo Fantástico en el siglo XXI?
FAS: Lo fantástico, hoy por hoy, es un género (o un conjunto  de tendencias, creo que es más correcto) que anda, como toda la literatura fantástica con más o menos calidad, de capa caída. Los gustos del público lector han cambiado de una manera drástica. Así como ha descendido el número de lectores. En cuanto a los gustos, habría que recordar que desde mediados de los años 70 del pasado siglo, y hasta hoy, los autores han visto que el interés de sus posibles lectores cambiaba hacia unas formas más emparentadas con los grandes éxitos de ventas que con una calidad que parecía primar en este campo. Las grandes sagas de fantasía épica, de ciencia ficción incluso (como el caso de Dune, la serie de novelas de Frank Herbert), dominan el mercado y los autores (y autoras, también un punto muy importante de todo este asunto) han preferido volcar sus intereses hacia terrenos más comerciales. El último éxito arrollador ha sido (en nuestro país especialmente) el de la gran saga de George R. Martin Juego de Tronos. Estas novelas (enormes en cuanto a la cantidad de lectura que almacenan) tienen cuanto puede querer y pedir un lector medio (aquí ya no hace falta que sea un lector de fantástico), y se convierten, por esa misma falta de necesidad de deseos previos hacia cierto tipo de literatura, en un producto que puede consumir cualquiera; y en ese cualquiera, incluimos a todo el mundo. En la reunión Celsius 232 de hace un par de años, se presentó Martin para hablarnos de su obra. En las enormes colas que se formaron para que firmara sus libros, los miembros de la editorial allí presentes hicimos una pequeña encuesta «a pie de cola», a ver lo que habían leído los presentes y que estaban allí con sus libros para que Martin los santificase con su autógrafo. Los que más sabían del tema conocían a Moorcock porque «algo les había contado un primo suyo» (esto es literal), pero ni lo habían leído ni lo iban a leer. En cuanto a autores más clásicos (Fritz Leiber, Clark Ashton Smith, Edgar Rice Burroughs, Robert E. Howard), había quien los conocía de nombre, sobre todo a Howard, pero poco más. Su interés por conocerlos era nulo y querían hablar de Martín o de algún otro autor del mismo talante que este. Toda esta historia empezó con la aparición de las grandes sagas de Dragones de Margaret Weis y Tracy Hickman (las famosas novelas de Dragonlance y todas sus innumerables continuaciones) y la saga cinematográfica de Star Wars, pero a esa corriente se fueron uniendo autores que engrosaron las filas de una y mil franquicias que desde entonces enaltecen, por decir algo, aunque no debería ser esta la palabra adecuada, nuestras estanterías. Lo mismo que pasa con esta «fantasía» de baja estofa pero muy leída y apreciada pasa con la ciencia ficción y el terror, y las grandes sagas, las novelas casi de encargo, todo ese material de segunda, es lo que más le gusta y le encanta a la gente. ¿Quizá están equivocados? Me gustaría suponer que no, pero me temo que sí están errados.
Hay otra fantasía (englobo aquí todo el género y temáticas) que no solo no va a morir, sino que mejorará con el paso del tiempo. El problema, muy grave por otra parte, es que es algo minoritaria y que las editoriales que viven de ella (como es el caso de La Biblioteca del Laberinto) están siempre tocadas y al borde la extinción. Claro que me gustaría que fuera de otra manera, pero no es así. Si los lectores dedicaran un poco más de tiempo a cultivar sus mentes que a dejar que se les vayan estropeando, podríamos ver en nuestro país bastantes obras que no es que sean imprescindibles, pero sí que nos hacen falta para mejorar como lectores y quizá como personas.
Esta pregunta quizá debiera complementarse con las respuestas de otros personajes relacionados con este mundillo, desde lectores a otros editores. Mi opinión puede que sea bastante sesgada, pero los que me conocen saben que mi opinión no ha cambiado desde hace muchos años. Me gustaría decir que todo va bien, pero no es así: no todo va bien, de hecho muy pocas cosas lo van... y claro, la fantasía, lo fantástico, no iba a ser menos. Serán los recortes...

FGR: ¿Sobrevivirá la literatura fantástica a la distopía emergente?
FAS: Esta pregunta es la importante. Me alegra no ser yo el único que percibe nuestro mundo actual como una desagradable utopía negativa, que es lo que quiere decir la palabra distopía. Nos movemos actualmente por un mundo cambiante que se dirige, sinceramente, hacia algo muy diferente a lo que teníamos planeado. No creo que haya que ser un verdadero portento para darse cuenta de que casi todo lo que nos rodea es parte de un mundo, de una forma de vida en su conjunto, que se está desmoronando. Como lector (como lectores, supongo) de ciencia-ficción me acostumbré a la idea de que el futuro era algo hermoso y atractivo, lleno de encantos y que favorecería el desarrollo del ser humano en su conjunto y en su totalidad. Pero desgraciadamente la cosa no ha ido por el camino correcto, ni muchísimo menos. Estamos lejos de vivir en un mundo utópico en este futuro cercano de los años cincuenta y cuarenta. Las novelas más pesimistas de aquellos días han quedado relegadas a la estantería de los sueños posibles y el mundo que nos ha tocado vivir es el de esas novelas, casi todas de una serie B penosa y triste.
Vivimos en una dictadura de las clases políticas y corremos el constante peligro de caer en manos de otras clases políticas que podrían resultar aún más tenebrosas en sus fines y objetivos. A mí no me gusta que se me diga ni por asomo lo que tengo que hacer, pensar o querer... en todos los aspectos de mi vida. Que queramos que nuestra vida mejore no quiere decir, ni de lejos, que vaya a mejorar. De hecho, todo cuanto nos rodea tiende a empeorar de mala manera. Supongo que es la vieja idea de la entropía social que tan bien quedaba en las novelas de Norman Spinrad. Hoy por hoy, aquellas novelas quedan totalmente integradas dentro de nuestro entorno habitual. Nos vemos rodeados por los agentes del caos, pero no un caos bondadoso que intenta liberarnos, sino el caos con negrita que lo que quiere es aprovecharse de nosotros para lograr sus perversos fines y afianzarse de manera completa en el poder para que sus reinados de opresión duren todos los años que haga falta. Creo que vivimos en un momento donde la distopía está al alcance de la mano, pero no de la nuestra, naturalmente, sino de aquellos que intentan imponernos sus sueños más estrambóticos y ridículos. No estoy haciendo referencias a ningún país en concreto, ni a ninguna ideología en especial; esas son cosas del pasado. Hoy las ideologías carecen de valor y da lo mismo que uno sea de derechas o de izquierdas porque, a la larga, todos harán lo mismo.
Decía Winston Churchil que la democracia era el menos malo de los sistemas políticos, pero eso no quiere decir que sea algo bueno. No creo que haya ningún sistema político bueno, pues todos ellos, al final, conducen a que un minoritario grupo de cavernícolas controle y domine nuestras vidas. La distopía a la que nos enfrentamos, a la que se enfrentarán nuestros hijos, se basará en la imposición de ideas ajenas a nosotros y se apoyará en nuestro consentimiento. Si no en el nuestro personal, en el de las mayorías (naturales o coaligadas) que surjan de la manipulación de las mentes (iba a decir pobres mentes) de los votantes. Seremos esclavos consentidores y eso será muy difícil de erradicar, si es que alguna vez se consigue erradicar.
Naturalmente, la respuesta a la pregunta es muy sencilla: la literatura fantástica no va a sobrevivir a la distopía que nos rodea y que amenaza con devorarnos. No va a sobrevivir porque no vamos a sobrevivir ninguno de nosotros a la ola de demencia que va a caer sobre nosotros sin piedad.

FGR: ¿Cómo será este número 15 de Delirio? ¿puedes avanzarnos algunos contenidos?
FAS: La respuesta a esta pregunta es muy fácil: será tan bueno como los anteriores... Bueno, es broma. Supongo que a cada lector le parecerá una cosa, aunque a mí, como siempre, me encanta. Este número destaca desde la portada hasta el último poema. Empezaré por el final: los tres artículos que lleva este número (más las numerosas presentaciones a cada relato) son magníficos: uno sobre Metrópolis, la película de Fritz Lang (con ilustraciones de Mike Kaluta), otro sobre la novela (y las versiones fílmicas) de La isla del doctor Moreau de H. G. Wells y uno más sobre las ficciones árticas de Poe y los viajes a la Luna en el siglo XIX; sus autores son respectivamente José Miguel García de Fórmica, Javier Martín Lalanda y J. O. Bailey, tres grandes especialistas y colaboradores asiduos de esta casa. La parte de cómic o ilustración no está decidida (del todo), pero pensamos que podría ser la representación gráfica de las novelas de Venus de E. R. Burroughs que hizo en los años treinta del pasado siglo el italiano Fortunino Matania; todo un descubrimiento. Llevará la habitual sección de «prehistoria» de la ciencia ficción española a cargo de Augusto Uribe (Agustín Jaureguízar), el mayor experto en estas lides, y una amplia selección de relatos: obras de Ursula K. Le Guin, Brian Stableford, Piers Anthony, Mary Elizabeth Counselman, Robert J. Sawyer, Jean-Pierre L'Aigle (un capítulo perdido de una novela de Verne) y quizá alguno más, porque todavía estamos maquetando el número. También incluiremos el cuento ganador en la edición de 2014 de los premios Domingo Santos, publicación que venimos haciendo desde el número 13. La sección de poemas llevará al menos uno de Jane Yolen. La portada (que pueden ver adjunta) será de Maurizio Manzieri, un ilustrador italiano a quien tuvimos el honor de conocer en la última edición del festival de cómic de Luca, donde realizamos una breve presentación de su obra y le hicimos una entrevista para el público en general asistente al certamen. En fin, un más o menos como siempre: muchos textos interesantes, muchos estudios muy ilustrativos y un buen acompañamiento gráfico. Quizá en este número inauguremos una nueva sección que entendemos imprescindible en una revista como la nuestra: la sección de cartas de nuestros lectores y una sección (incluida en la de cartas) de preguntas al doctor Estúpido (como decían en la antigua serie de animación Ren y Stimpy). Y, en fin, eso es todo. Esperemos que la disfruten tanto leyéndola (y viéndola) como nosotros haciéndola.

Francisco Javier Arellano Selma Buenos Aires (Argentina, 5.10-1953-...) Editor, traductor, estudioso de la ciencia ficción, española e internacional, con un largo recorrido en estos temas. Ha compilado una decena larga de antologías de relatos de autores españoles y extranjeros en la temática de literatura fantástica en todas sus facetas, y ha colaborado con buen número de editoriales seleccionando material y asesorando sobre las materias mencionadas más arriba. Dirigió una colección de ciencia ficción en la editorial Miraguano y actualmente realiza las mismas funciones en la editorial La Biblioteca del Laberinto, donde también selecciona el material publicado en la revista Delirio. Ciencia Ficción y Fantasía. Preparó una edición de la obra de Clarín dedicada a Benito Pérez Galdós (reeditando el único volumen de las obras completas de Clarín que llegó a ver la luz a principios del siglo XX). Ha traducido cerca de cien volúmenes de novelas y cuentos (Jurgen Baltrusaitis, H. P. Lovecraft, Lord Dunsany, William Hope Hodgson, entre muchos otros). Actualmente prepara un amplio estudio bibliográfico sobre literatura fantástica publicada en España.
Music shouldn't be easy to understand. You have to come to the music yourself, gradually. Not everything must be received with open arms. (John Coltrane, 1963)
"Nada es verdad, todo está permitido" (El almuerzo desnudo, William S. Burroughs)

edumalavida

Interesantísima, Carlos. No sé cómo se me había pasado, ¡gracias!
"This was serious. She's got an oboe, and she knows what to do with it." - John Greaves, "Henry Cow: The world is a problem"

icrp1961

Cita de: edumalavida en 13 de Junio de 2016, 04:24:40 AM
Interesantísima, Carlos. No sé cómo se me había pasado, ¡gracias!
OK.
Por eso la subí aquí.
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"Nada es verdad, todo está permitido" (El almuerzo desnudo, William S. Burroughs)

icrp1961

Le han dado a Delirio el Ignotus a la mejor publicación e la Eurocon de Barcelona.
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"Nada es verdad, todo está permitido" (El almuerzo desnudo, William S. Burroughs)

Mountain

Cita de: icrp1961 en 05 de Junio de 2016, 08:20:02 AM
Entrevista con F. Arellano, director de "Delirio"
26 febrero, 2015 por Frank G. Rubio


"La literatura fantástica no sobrevivirá a la distopía que nos rodea y que amenaza con devorarnos"

FGR: ¿Qué es Delirio?  ¿Cuándo, cómo, por qué...?
FAS: Cuando empezamos hace ya más de siete años, en 2007, con la editorial La Biblioteca del Laberinto, la verdad es que no teníamos en mente la preparación de una revista como Delirio. Nuestra idea era sacar libros relacionados de algún modo con la ciencia ficción. Delirio (su germen se llamaba Marginalia y fue una revista de la que solo llegó a aparecer un número) era una idea que daba vueltas por mi cabeza, pero sin llegar a concretarse. Una buena mañana, cuando ya habíamos publicado unos cuantos volúmenes de la colección Delirio (libros), nos escribió un antiguo lector de Marginalia (de Barcelona, por más señas) y nos dijo que por qué no la resucitábamos. Me puse a pensar en aquella idea y al final nos decidimos. La idea que me movía en ese momento era la misma que me llevó (hacía ya más de veinticinco años) a empezar con el sueño de Marginalia: reunir en un solo volumen relatos y artículos relacionados de algún modo con la literatura fantástica, utópica o, de algún modo, extraña. No quería sacar entonces (no en esta nueva aventura) solo ciencia-ficción o terror o fantasía... Mi intención era publicar todo aquello que de un modo u otro me resultara interesante por una u otra causa. Delirio iba a ser como fue Marginalia en su tiempo: un batiburrillo de materiales que yo considerase atractivos, muy bien presentados gráficamente (cosa que apenas pudo ser con Marginalia por la diferencia de tiempos y, sobre todo, de medios) y con una amplia documentación para que los lectores supieran en todo momento con qué se las tenían que ver.
Actualmente no hay ninguna revista (sí hay algunos fanzines y otras publicaciones de aficionados, aunque no del mismo modo que nosotros) que cubra el campo que nosotros cubrimos. Supongo que es debido a la cantidad de trabajo que lleva una publicación como esta que, incluso con la periodicidad semestral que nosotros intentamos con mayor o menor fortuna mantener, cuesta muchísimo trabajo armar de una manera sensata. Si se toma cualquier número de la revista podemos ver una amplísima selección de autores (tanto contemporáneos como clásicos), lo que nos obliga a estar leyendo continuamente para mantener al día el interés de los textos seleccionados. Contamos para ello con algunas ayudas seleccionando materiales y hemos empezado hace unos números a publicar algunas secciones que podríamos llamar «fijas». Me imagino que nuestros lectores (muchos menos de los que nos gustaría tener) son conscientes del trabajo que representa cada número de la revista (y estamos acabando con el número 15): seleccionar, traducir en su caso, revisar las veces que haga falta, preparar la introducción que acompaña cada cuento, maquetarlo, buscar las ilustraciones... Trabajo y mucho trabajo. El resultado es, a mi entender, muy bueno (porque, si no lo fuera, no lo haríamos), tanto que ya hemos recibido un Premio Ignotus como mejor revista de literatura fantástica y pensamos repetir.
Delirio es un proyecto casi personal (aunque hay mucha gente que colabora en él y sin las cuales la revista no podría aparecer, porque facilitan traducciones, ensayos, comentarios...), y así seguirá siéndolo. Es un proyecto de largo recorrido y, a la larga, se verá el objetivo que se perseguía desde el primer momento y que creo que ya puede empezar a verse: una publicación de referencia en cuanto a la literatura fantástica (un modo muy general de decirlo) se refiere.

FGR: ¿Como ves el panorama de lo Fantástico en el siglo XXI?
FAS: Lo fantástico, hoy por hoy, es un género (o un conjunto  de tendencias, creo que es más correcto) que anda, como toda la literatura fantástica con más o menos calidad, de capa caída. Los gustos del público lector han cambiado de una manera drástica. Así como ha descendido el número de lectores. En cuanto a los gustos, habría que recordar que desde mediados de los años 70 del pasado siglo, y hasta hoy, los autores han visto que el interés de sus posibles lectores cambiaba hacia unas formas más emparentadas con los grandes éxitos de ventas que con una calidad que parecía primar en este campo. Las grandes sagas de fantasía épica, de ciencia ficción incluso (como el caso de Dune, la serie de novelas de Frank Herbert), dominan el mercado y los autores (y autoras, también un punto muy importante de todo este asunto) han preferido volcar sus intereses hacia terrenos más comerciales. El último éxito arrollador ha sido (en nuestro país especialmente) el de la gran saga de George R. Martin Juego de Tronos. Estas novelas (enormes en cuanto a la cantidad de lectura que almacenan) tienen cuanto puede querer y pedir un lector medio (aquí ya no hace falta que sea un lector de fantástico), y se convierten, por esa misma falta de necesidad de deseos previos hacia cierto tipo de literatura, en un producto que puede consumir cualquiera; y en ese cualquiera, incluimos a todo el mundo. En la reunión Celsius 232 de hace un par de años, se presentó Martin para hablarnos de su obra. En las enormes colas que se formaron para que firmara sus libros, los miembros de la editorial allí presentes hicimos una pequeña encuesta «a pie de cola», a ver lo que habían leído los presentes y que estaban allí con sus libros para que Martin los santificase con su autógrafo. Los que más sabían del tema conocían a Moorcock porque «algo les había contado un primo suyo» (esto es literal), pero ni lo habían leído ni lo iban a leer. En cuanto a autores más clásicos (Fritz Leiber, Clark Ashton Smith, Edgar Rice Burroughs, Robert E. Howard), había quien los conocía de nombre, sobre todo a Howard, pero poco más. Su interés por conocerlos era nulo y querían hablar de Martín o de algún otro autor del mismo talante que este. Toda esta historia empezó con la aparición de las grandes sagas de Dragones de Margaret Weis y Tracy Hickman (las famosas novelas de Dragonlance y todas sus innumerables continuaciones) y la saga cinematográfica de Star Wars, pero a esa corriente se fueron uniendo autores que engrosaron las filas de una y mil franquicias que desde entonces enaltecen, por decir algo, aunque no debería ser esta la palabra adecuada, nuestras estanterías. Lo mismo que pasa con esta «fantasía» de baja estofa pero muy leída y apreciada pasa con la ciencia ficción y el terror, y las grandes sagas, las novelas casi de encargo, todo ese material de segunda, es lo que más le gusta y le encanta a la gente. ¿Quizá están equivocados? Me gustaría suponer que no, pero me temo que sí están errados.
Hay otra fantasía (englobo aquí todo el género y temáticas) que no solo no va a morir, sino que mejorará con el paso del tiempo. El problema, muy grave por otra parte, es que es algo minoritaria y que las editoriales que viven de ella (como es el caso de La Biblioteca del Laberinto) están siempre tocadas y al borde la extinción. Claro que me gustaría que fuera de otra manera, pero no es así. Si los lectores dedicaran un poco más de tiempo a cultivar sus mentes que a dejar que se les vayan estropeando, podríamos ver en nuestro país bastantes obras que no es que sean imprescindibles, pero sí que nos hacen falta para mejorar como lectores y quizá como personas.
Esta pregunta quizá debiera complementarse con las respuestas de otros personajes relacionados con este mundillo, desde lectores a otros editores. Mi opinión puede que sea bastante sesgada, pero los que me conocen saben que mi opinión no ha cambiado desde hace muchos años. Me gustaría decir que todo va bien, pero no es así: no todo va bien, de hecho muy pocas cosas lo van... y claro, la fantasía, lo fantástico, no iba a ser menos. Serán los recortes...

FGR: ¿Sobrevivirá la literatura fantástica a la distopía emergente?
FAS: Esta pregunta es la importante. Me alegra no ser yo el único que percibe nuestro mundo actual como una desagradable utopía negativa, que es lo que quiere decir la palabra distopía. Nos movemos actualmente por un mundo cambiante que se dirige, sinceramente, hacia algo muy diferente a lo que teníamos planeado. No creo que haya que ser un verdadero portento para darse cuenta de que casi todo lo que nos rodea es parte de un mundo, de una forma de vida en su conjunto, que se está desmoronando. Como lector (como lectores, supongo) de ciencia-ficción me acostumbré a la idea de que el futuro era algo hermoso y atractivo, lleno de encantos y que favorecería el desarrollo del ser humano en su conjunto y en su totalidad. Pero desgraciadamente la cosa no ha ido por el camino correcto, ni muchísimo menos. Estamos lejos de vivir en un mundo utópico en este futuro cercano de los años cincuenta y cuarenta. Las novelas más pesimistas de aquellos días han quedado relegadas a la estantería de los sueños posibles y el mundo que nos ha tocado vivir es el de esas novelas, casi todas de una serie B penosa y triste.
Vivimos en una dictadura de las clases políticas y corremos el constante peligro de caer en manos de otras clases políticas que podrían resultar aún más tenebrosas en sus fines y objetivos. A mí no me gusta que se me diga ni por asomo lo que tengo que hacer, pensar o querer... en todos los aspectos de mi vida. Que queramos que nuestra vida mejore no quiere decir, ni de lejos, que vaya a mejorar. De hecho, todo cuanto nos rodea tiende a empeorar de mala manera. Supongo que es la vieja idea de la entropía social que tan bien quedaba en las novelas de Norman Spinrad. Hoy por hoy, aquellas novelas quedan totalmente integradas dentro de nuestro entorno habitual. Nos vemos rodeados por los agentes del caos, pero no un caos bondadoso que intenta liberarnos, sino el caos con negrita que lo que quiere es aprovecharse de nosotros para lograr sus perversos fines y afianzarse de manera completa en el poder para que sus reinados de opresión duren todos los años que haga falta. Creo que vivimos en un momento donde la distopía está al alcance de la mano, pero no de la nuestra, naturalmente, sino de aquellos que intentan imponernos sus sueños más estrambóticos y ridículos. No estoy haciendo referencias a ningún país en concreto, ni a ninguna ideología en especial; esas son cosas del pasado. Hoy las ideologías carecen de valor y da lo mismo que uno sea de derechas o de izquierdas porque, a la larga, todos harán lo mismo.
Decía Winston Churchil que la democracia era el menos malo de los sistemas políticos, pero eso no quiere decir que sea algo bueno. No creo que haya ningún sistema político bueno, pues todos ellos, al final, conducen a que un minoritario grupo de cavernícolas controle y domine nuestras vidas. La distopía a la que nos enfrentamos, a la que se enfrentarán nuestros hijos, se basará en la imposición de ideas ajenas a nosotros y se apoyará en nuestro consentimiento. Si no en el nuestro personal, en el de las mayorías (naturales o coaligadas) que surjan de la manipulación de las mentes (iba a decir pobres mentes) de los votantes. Seremos esclavos consentidores y eso será muy difícil de erradicar, si es que alguna vez se consigue erradicar.
Naturalmente, la respuesta a la pregunta es muy sencilla: la literatura fantástica no va a sobrevivir a la distopía que nos rodea y que amenaza con devorarnos. No va a sobrevivir porque no vamos a sobrevivir ninguno de nosotros a la ola de demencia que va a caer sobre nosotros sin piedad.

FGR: ¿Cómo será este número 15 de Delirio? ¿puedes avanzarnos algunos contenidos?
FAS: La respuesta a esta pregunta es muy fácil: será tan bueno como los anteriores... Bueno, es broma. Supongo que a cada lector le parecerá una cosa, aunque a mí, como siempre, me encanta. Este número destaca desde la portada hasta el último poema. Empezaré por el final: los tres artículos que lleva este número (más las numerosas presentaciones a cada relato) son magníficos: uno sobre Metrópolis, la película de Fritz Lang (con ilustraciones de Mike Kaluta), otro sobre la novela (y las versiones fílmicas) de La isla del doctor Moreau de H. G. Wells y uno más sobre las ficciones árticas de Poe y los viajes a la Luna en el siglo XIX; sus autores son respectivamente José Miguel García de Fórmica, Javier Martín Lalanda y J. O. Bailey, tres grandes especialistas y colaboradores asiduos de esta casa. La parte de cómic o ilustración no está decidida (del todo), pero pensamos que podría ser la representación gráfica de las novelas de Venus de E. R. Burroughs que hizo en los años treinta del pasado siglo el italiano Fortunino Matania; todo un descubrimiento. Llevará la habitual sección de «prehistoria» de la ciencia ficción española a cargo de Augusto Uribe (Agustín Jaureguízar), el mayor experto en estas lides, y una amplia selección de relatos: obras de Ursula K. Le Guin, Brian Stableford, Piers Anthony, Mary Elizabeth Counselman, Robert J. Sawyer, Jean-Pierre L'Aigle (un capítulo perdido de una novela de Verne) y quizá alguno más, porque todavía estamos maquetando el número. También incluiremos el cuento ganador en la edición de 2014 de los premios Domingo Santos, publicación que venimos haciendo desde el número 13. La sección de poemas llevará al menos uno de Jane Yolen. La portada (que pueden ver adjunta) será de Maurizio Manzieri, un ilustrador italiano a quien tuvimos el honor de conocer en la última edición del festival de cómic de Luca, donde realizamos una breve presentación de su obra y le hicimos una entrevista para el público en general asistente al certamen. En fin, un más o menos como siempre: muchos textos interesantes, muchos estudios muy ilustrativos y un buen acompañamiento gráfico. Quizá en este número inauguremos una nueva sección que entendemos imprescindible en una revista como la nuestra: la sección de cartas de nuestros lectores y una sección (incluida en la de cartas) de preguntas al doctor Estúpido (como decían en la antigua serie de animación Ren y Stimpy). Y, en fin, eso es todo. Esperemos que la disfruten tanto leyéndola (y viéndola) como nosotros haciéndola.

Francisco Javier Arellano Selma Buenos Aires (Argentina, 5.10-1953-...) Editor, traductor, estudioso de la ciencia ficción, española e internacional, con un largo recorrido en estos temas. Ha compilado una decena larga de antologías de relatos de autores españoles y extranjeros en la temática de literatura fantástica en todas sus facetas, y ha colaborado con buen número de editoriales seleccionando material y asesorando sobre las materias mencionadas más arriba. Dirigió una colección de ciencia ficción en la editorial Miraguano y actualmente realiza las mismas funciones en la editorial La Biblioteca del Laberinto, donde también selecciona el material publicado en la revista Delirio. Ciencia Ficción y Fantasía. Preparó una edición de la obra de Clarín dedicada a Benito Pérez Galdós (reeditando el único volumen de las obras completas de Clarín que llegó a ver la luz a principios del siglo XX). Ha traducido cerca de cien volúmenes de novelas y cuentos (Jurgen Baltrusaitis, H. P. Lovecraft, Lord Dunsany, William Hope Hodgson, entre muchos otros). Actualmente prepara un amplio estudio bibliográfico sobre literatura fantástica publicada en España.

Interesantísima entrevista!

edumalavida

Leída de nuevo. Aparte de agradecerle en el alma la edición de "Cuentos de un soñador", mi primer encuentro ya "serio" con Lord Dunsany, me parece una persona muy interesante.
"This was serious. She's got an oboe, and she knows what to do with it." - John Greaves, "Henry Cow: The world is a problem"