Y hablando de gente defraudada y talibanismos varios, aquí estoy con este disco de Herbie Hancock, una de las personas más denostadas por los puristas del jazz, especialmente a partir de que sacó este disco.
Un disco que supone un cambio sustancial respecto de lo que venía haciendo con su grupo Mwandishi y que, de algún modo siguió paralelo a lo que supuso para Miles Davis On the Corner, donde la experimentación y la electrificación previa se ponen ya claramente al servicio de música funky y negroide.
Headhunters sacaron varios discos (4, creo), tras los cuales la carrera de Hancock es probablemente lo más parecido al Doctor Jecklyn y Mr. Hyde que ha dado el mundo de la música: un pasito atrás para olvidarse de todo tipo de experimentación y centrarse en música neobop y un pasito ¿adelante? para hacer discos que parecen la banda sonora de Vacaciones en el Mar.
Francamente, no me gusta ni una ni otra. La segunda, desde luego, me parece horripilante y, en este caso, no porque sea música comercial, sino porque es música mala, sin paliativos. La primera porque, estando bien hecha, me parece que no aporta nada al tremendo pasado del segundo quinteto de Miles Davis o a lo que él mismo hizo en su época de Blue Note.
Seguramente, muchas de las críticas que se hacen a Steven Wilson podrían aplicarse de forma superlativa al Herbie Hancok posterior a 1975.
Por supuesto que tiene algunas cosas salvables, pero nada que ver con la serie de discos que van desde el primero de Blue Note hasta Man Child