Wild Honey (1967) - Beach Boys
Que lleguen a juntarse en un mismo grupo cinco compositores magistrales, que a la vez son cinco cantantes perfectos, productores magníficos, arreglistas elegantes, además de otras muchas virtudes musicales, es de una rareza excepcional.
Y es que los chicos de la playa, con el tiempo, se convirtieron en mucho más que aquel fabuloso grupo de surf coral un tanto ingenuo, primitivo, e inocente que arrasó en las listas de éxito desde 1962. Desde luego que se trata de una etapa de su carrera interesantísima y muy divertida, además de la más conocida por el gran público.
Pero aún resulta más impactante el trabajo que empezaron a desarrollar a partir de mediados de los sesenta, cuando (quizás espoleados por el nivel creativo y la magia a la hora de componer de las bandas de la "invasión británica", principalmente los Beatles, con los que Brian Wilson estaba obsesionado) dieron un giro a su carrera, abandonaron el surf, y se adentraron en el terreno del pop, dentro del que introducían una gran cantidad de influencias: el rock, el blues, el country, el jazz, el soul, la música experimental, y cómo no, el surf.
La banda de los tres hermanos Wilson (Brian, Dennis y Carl), su primo, Mike Love, y el amigo de la infancia, Al Jardine, pasó a ser entonces uno de los grupos más innovadores y punteros (además de prolíficos) a nivel de composición, arreglos y producción, de forma que la aparición de sus nuevos discos era todo un acontecimiento ansiosamente esperado, no sólo por sus fans, sino por los aficionados a la buena música, de todo el planeta.
No es para menos, pues los trabajos que fueron sacando desde "Today!" (1965), son maravillosos, y varios de ellos, imprescindibles: "Smiley Smile" (1967), "Friends" (1968), "Sunflower" (1970).
Está mayoritariamente considerado que su gran obra maestra es "Pet Sounds" (1966) que es un disco perfecto, una verdadera revolución en el ámbito de la producción (a cargo Brian Wilson), y cuyas composiciones son perfectas. Todas ellas. Algunos temazos de esta gema imprescindible son: "Wouldn't It Be Nice", "You Still Believe in Me", "Sloop John B", "God Only Knows", "I Know There's an Answer", o "Hang on to Your Ego" (de la que Frank Black grabó una versión).
A pesar de lo mucho que me entusiasma "Pet Sounds", todavía hay otro que me gusta tanto, o más (si ello es posible). Y es que los Beach Boys tienen otro disco perfecto: me refiero al "Wild Honey" (1967). Otra joya de la que ningún amante de la música debería prescindir, en el que también todas las canciones son maravillosas.
Ahí están la que abre el disco y le da título, o "Aren't You Glad", la funkiana "I Was Made to Love Her", "Darlin'", "I'd Just Love Once to See You" (de la que Supertramp sacaron algunas ideas) "Here Comes the Night", "Let the Wind Blow", o el impactante temazo coral que cierra el disco "Mama Says", en el que los Beach Boys muestran su inigualable talento para hacer armonías vocales.
Y es que -por si fueran pocas sus virtudes como compositores y como creadores musicales- además, en lo relativo al trabajo coral, muy pocos grupos están a la altura de esta banda magistral.