Ayer estuve escuchando (con auriculares en Spotify, ya que aún no tengo este disco) el primer concierto de esta caja de 4 de Tangerine Dream. Un concierto dado en la catedral de Reims en el año 74, dentro de eso que se denominó "la gira de las catedrales".
Leyendo el apasionante libro de Froese con sus memorias y las del grupo (muy bien escrito, por cierto) uno admira aún más el trabajo de estos pioneros de la electrónica durante los años 70, utilizando unos aparatos que, en muchos casos, ni siquiera permitían ser afinados.
Cuenta Froese que la experiencia de la grabación de Phaedra fue penosa y mágica al tiempo. Penosa porque se grabó en un castillo cerca de Oxford donde Mike Oldfield grabara (y luchara igualmente para hacerlo) Tubular Bells. Un castillo que no reunía las mínimas condiciones, donde había goteras y tenían que envolver en plásticos todo el equipo y donde se iba la luz todos los días durante grandes períodos, lo cual era un problema porque, como digo, los primitivos secuenciadores no permitían afinarse y, por tanto el resultado resultaba bastante aleatorio.
Mágico porque durante la grabación, cuando se inicia el tema principal de Phaedra, se produjo una "afinación espontánea" de los instrumentos lo que maravilló a todos.
Por ese motivo los concierto en esta época eran totalmente improvisados, más allá de la utilización de algunos motivos recurrentes. Cada concierto era diferente y se componía de un par de improvisaciones de en torno a 40 minutos y un encore (bis).
Estos conciertos tienen una magia especial porque se nota la tensión, la lucha. Se ve como los músicos van intentado cosas, desarrollando ideas que, en unos casos tienen continuidad y en otros son abandonadas si se ve que no funcionan demasiado bien.
Mucho de este material fue utilizado posteriormente para componer discos que nunca estaba muy claro si eran de estudio o de directo, ya que, además de las ediciones incluían sobregrabaciones. Es el caso de Tangram, pero también de Logos, Encore, Ricochet, Pendragon... Discos que, finalmente, ofrecían una música muy diferente de la interpretada originalmente.
No hay muchas muestras oficiales de conciertos íntegros de esta época. En esta serie, que no sé si tendrá continuación, por lo pronto se han publicado dos cajas de 4 discos cada una que ofrecen un total de 4 conciertos íntegros del período que va entre 1974 y 1980.
Es otra visión del Tangerine Dream clásico. No tan "pulida", pero igualmente apasionante... quizás, más.