¡Hola a todos!

Yo también disfruto con los discos de
Ñu y creo que, al menos sus primeros discos, pueden encontrar aquí un buen acomodo. Ernesto, si te gusta
Cuentos de ayer y de hoy, desde luego yo te recomiendo su segundo álbum (
A golpe de látigo, de 1980). Creo que en líneas generales mantiene muy bien el nivel de desarrollo instrumental que estaba patente en su disco debut. De hecho, a mí me gusta aún más éste que el primero: la transición entre la pieza instrumental "Entrada al reino" y el órgano de "A golpe de látigo" me parecen de lo mejorcito del grupo, al igual que la tensión que se desprende de la letra y arreglos de "A la caza de Ñu", o la oscuridad de "Velocidad".
Pero en el primer disco también hay auténticas maravillas. Yo tengo especial debilidad por el inicio ("Profecías") y por las partes instrumentales de la composición homónima ("Cuentos de ayer y de hoy"). Las letras del grupo alternan la temática fantástica y la distópica (muy propia de los primeros años de Chapa, como también se veía en el grupo
Bloque), llamándome especialmente la atención la de "Algunos músicos fueron nosotros", en la que se puede hacer una lectura reivindicativa de la consideración socio-cultural del rock, y donde
José Carlos Molina no se corta en incluirse... aunque habría que analizar si ese "Yo" es una figura simbólica o no.
Beethoven fue un poeta musical;
Giuliany, un flautista medieval;
Mozart, un idiota sin igual;
Bach creo que fue sacristán.
Todos los genios buscaban felicidad,
con música y sueños de paz.
Beatles fueron gente muy especial;
Rolling stones, macarras de actualidad;
Hendrix fue un espíritu irreal;
y yo soy un músico actual.
La música también puede ser el rock'n'roll,
y el arte puede ser publicidad.
Los rockers son un coro de dioses de ciudad.
Nosotros somos locos que queremos vibrar.Uno de los aspectos que más se suelen comentar al hablar de
Ñu es el peso de la propuesta de
Jethro Tull (música e imagen) en el grupo. En mi opinión creo que es muy obvia, tanto por la puesta en escena como por el carácter y la presencia de la flauta (y no me estoy refiriendo a que, forzosamente, cuando un grupo de rock incorpora la flauta se tienda a hablar de
Jethro Tull). También está ese mimetismo de
José Carlos Molina con la figura de un juglar histriónico, rol que también adoptó
Ian Anderson. En algunos casos, además, me vienen referencias muy específicas, como en la introducción de piano de "A la caza de ñu" ("Locomotive breath") o las orquestaciones y la melodía de "La galería" (que me remiten a temas como "We used to know" o "Wondering aloud"... incluso con ese final medio declamado con su risa, a lo
Thick as a brick). De todos modos, el hecho de que haya influencias muy claras de un grupo no tiene porqué ser un demérito (aunque muchos fans parezcan negarse a esto), y está claro que
Ñu no se queda ahí. También encuentro afinidades con los primeros discos de
Kansas (sobre todo a partir de algunos riffs de guitarra y melodías de violín). La voz de
Molina, el aspecto que menos me gusta de su conjunto (especialmente en algunos registros de
A golpe de látigo), me recuerda por momentos a
Geddy Lee y a
Robert Plant, con esa mezcla de grito y entonación melódica.
En febrero de este año tuve la oportunidad de verlos en directo dos días seguidos y lo pasé muy bien. Incluyeron varios clásicos de su discografía, tanto de sus primeros discos ("El flautista", "Preparan", "A golpe de látigo") como de sus trabajos en una línea más heavy ("Más duro que nunca", "Piratas del éxito" o "Sé quién", una de mis favoritas del grupo y en la que hay un cierto influjo de
Iron Maiden). En su segundo día incluyeron algunas versiones de grupos como
Deep Purple ("Highway star"),
Jethro Tull ("Serenade to a cuckoo", "Bourrée"... aunque ambas son versiones a su vez, pero el modelo en el que se basa
Molina es claramente el de
Jethro Tull) o
Focus ("House of the king"). Como curiosidad, añadir que
Molina se enfadó tras varios intercambios de comentarios fuera de lugar entre él y algunos espectadores. Como resultado, en la última canción ("El flautista") se negó a cantar (estaba sentado con la cabeza apoyada, mirando al público) y sólo interpretaba las partes de flauta. Está claro que
Ñu sigue conservando un cierto gancho (la expresividad y la fuerza del grupo en directo es muy palpable, aunque también se les notan los años), sobre todo a través de los movimientos de
Molina (pese a que en ocasiones su propio personaje le pueda).
