SIGNS OF ONE - Innerlands
(Unicorn Digital)

Pensar que nos plantamos ante una formación de pura chanza por el hecho de que el nombre de la misma, Signs Of One, saliese a colación a lo largo de una hilarante tormenta de ideas, es simplemente un craso error. El quinteto es la lógica madurez de aquella juventud mostrada en versiones homenajeando a Rush o Radiohead cuando Steeve Tremblay y Phil Prince no eran más que un cuarteto llamado Hanniball con el que pasar el rato entre clase y clase allá por el 97. Cuando para 2000 los que serán estos Signs Of One oficiales ya están reunidos, comienza el periplo de conciertos por clubes canadienses, grabaciones de maquetas y presencia en los concursos de bandas más peregrinos (de los que suelen salir victoriosos).
En 2003 aparece su debut oficial, un “Here And There, Now And Then” que distribuye Ipso Facto Records. Aún están verdes como banda afianzada, pero los cinco músicos ya son capaces de salvar escollos que para otros contemporáneos son auténticos muros de contención. Un año después abren posibilidades con nuevo material a la caza de discográfica potente que les respalde en su segunda contienda. En el EP “Outlines” ya se pone al oyente sobre la pista pues se presentan “Confusion”, “I” y “Wise Man”, tres de los cortes que conformarían el “Innerlands” que les acabaría editando Unicorn Digital.
Finalmente llega esta obra, un disco capaz de maravillar como lo hicieron los lanzamientos de A.C.T, y en cierta medida hay mucho de eso en el CD que ponen a la venta en 2007. Signs Of One entiende de forma similar a la banda citada movimientos como el Art Rock o el progresivo. “Innerlands” es por tanto un álbum muy colorido, con diferentes atmósferas y aspectos que hacen entretenida la escucha, siempre dispuesta a abrir la puerta del ensimismamiento. Poseen un neoclasicismo que se ha podido escuchar en estos años de despegue en Medea y lo circense en promesas de esos Echolyn magnificentes (aunque sin los juegos alla Gentle Giant de “A Little Nonsense”).
Sergio Guillén