No te suicidas por perder a quien amas... o al menos no deberías hacerlo. La vida continúa, tú nunca vuelves a ser quien eras, eso es verdad, pero si no eres capaz de apreder de las experiencias de la vida, malas y peores, no llegas a ser un ser humano en el término extenso de la palabra. De amor no se muere, al menos no por fuera.
Comprendo a Hammill porque yo he vivido sus propios sentimientos, no con las mismas circunstancias pero sí con la misma intensidad, y sé que de todo se sale, de todo se aprende; que los días pasan y en uno de ellos te das cuenta de que el sol vuelve a brillar y te alegras profundamente de no haberte suicidado. Y él se alegrará también de haber hecho cosas tan bellas e inspiradas como "Over" y de seguir haciéndolas así, con otras motivaciones y otras ilusiones.