¿Qué le ha pasado a este país?
Este verano en una islita griega, volví a disfrutar (o vi difrutar) de paseos en vespino sin casco; de autobuses donde, si hace calor, abres la ventana; de olvidarse el reloj una semana; de horarios "cuando llegue"; de móviles sin cobertura (o mejor aún, sin móvil); de no ver un poli en días; de que la cerveza valga lo mismo en el bar de la playa; de regatear con el taxista; de que el de recepción te trate no como un cliente o como una escoria, sino como una persona...
Nuestro país era así no hace mucho...