Estos días muchos de nosotros hemos tenido noticia de que El Círculo de Willis tocaba en Valladolid. Me llamó la atención que Edu, incluso, habló de que "uno de los grandes nombres del progresivo español" iba a visitar la ciudad. Luego, hemos podido comprobar por varios testimonios que en la sala debían de estar los 4 músicos, el barman y el del tambor.
No es la primera vez que ocurre. Conciertos en los que hay apenas un puñado de fieles que, generalmente, siempre somos los mismos.
A nivel discográfico ocurre algo similar. Uno comprueba que las tiradas de aquellos grupos que ahora mismo tienen una mayor proyección apenas son de 200 o 300 ejemplares (en ocasiones menos), mientras que grupos como Appel Smell Colour que obtuvo el reconocimiento al mejor disco de prog 2016 por el programa Subterránea ha tenido que cesar su actividad ante la imposibilidad de hacerlo de forma mínimamente rentable o, al menos, sostenible
Sin embargo, uno entra en internet y encuentra decenas, centenares de referencias de estos y otros grupos aún más minoritarios. Críticas de discos por doquier, opiniones de fans. Uno diría que en la mayor parte de las ocasiones hay más críticas de un disco en internet que copias en el mercado y, desde luego, que copias vendidas.
Tengo la impresión de que esto de internet ha creado una gran falacia. La gente del prog (no se de otros lares) lo que sí es es muy activa en cuanto a su participación. Esa participación hace que las reseñas y comentarios sobre un grupo o disco se multipliquen por mil, probablemente porque es la misma persona la que escribe en 20 sitios diferentes y somos 30 gatos los que leemos esas mismas críticas en sitios diferentes. Todo ello crea una apariencia de que estamos ante algo casi multitudinario. Un verdadero universo efervescente donde, en realidad, todo es muchísimo más paupérrimo. Grupos que apenas venden 100 discos y que dan conciertos con 20 personas en el auditorio.
El número de grupos, tanto aquí como fuera, eso sí, se ha multiplicado exponencialmente. Son cientos o miles los grupos prog que pululan por el mundo, pero en la mayor parte de las ocasiones pareciera que hay más grupos que público.
Incluso las "vacas sagradas" aquellos músicos que parecieran capaces de llenar estadios yque están más allá del bien y del mal, resulta que tampoco son capaces de llenar a duras penas un pequeño teatro.
El último concierto de Hammill en Madrid fue buena prueba de ello. Mucho menos de media entrada en el Teatro Lara para ver a uno de los músicos punteros del movimiento
Hagan la prueba. Entren en Google y pregunten "Peter hammill teatro Lara". VErán que aparecen decenas de referencias, crónicas del concierto, comentarios, fotografías. Da la impresión de que aquello fue una cosa apoteósica y multitudinaria y, sin embargo... éramos cuatro gatos.
Y hablamos de vacas sagradas. No digo ya nada de esos grupos y esos discos que se reseñan por aquí con frecuencia como si fueran la octava maravilla que va a iluminar el universo (y a lo mejor lo son), pero a buen seguro se refieren a una de las 3 copias que ha vendido el grupo.
Me importa un pito si algo vende o no. No estoy hablando de eso, sino, simplemente resaltando la enorme disparidad que existe entre la imagen que uno obtiene a través de internet (incluidos foros como este) y la dura realidad. Creo que tampoco es bueno perder la perspectiva
