Qué lástima. Ya lo he dicho varias veces. Rush es un grupo que siempre me pilla a contrapelo.
En aquellos discos en que más me interesa su propuesta musical, no soporto la voz, y cuando esta no sólo deja de ser un hándicap sino que, en ocasiones, hasta me gusta, el interés musical decrece y, sin llegar a desinteresarme del todo, mantiene de nuevo todo en un nivel medio que no logra que me destaque.
Este Test for Echo (por cierto, no sé si seguía la reseña pendiente) es un disco que, como en muchos otros casos en la discografía de Rush, puede ser considerado como el final de una etapa o como el principio de otra. Parece que existe cierta coherencia en la trilogía Presto-Roll the Bones-Counterparts y este disco queda, de algún modo como integrante de esa trilogía pero aquí los elementos ochenteros, que habían ido decreciendo progrsivamente desde Presto, han desaparecido totalmente, sin que, sin embargo, la música se haya endurecido tanto como lo harían en sus discos posteriores.
Con todo, el problema de muchos discos de esta época es común también a este TEst for Echo. Y no es otra cosa que la uniformidad de los temas. Todos ellos se mueven en una línea melódica, rítmica y compositiva muy similar donde es difícil establecer grandes diferencias entre unos temas y otros. Al disco le falta contraste. Uno lo escucha de un tirón y termina como empezó.
Sin duda, el punto álgido de ello es Vapor Trails, pero aquí ya se da mucho de eso. Un disco donde no hay grandísimos temas, aunque tampoco hay momentos despreciables. La renuncia a elementos progrsivos, la renuncia a incluir (casi) teclados, la renuncia a elementos ochenteros, convierten al trio en un power trio sin demasiados aditamentos y eso hace que se resienta el resultado final, carente, como digo, de mayores contrastes.
si Roll the Bones y Counterparts son discos que ofrecen una excelente primera cara y una muy floja segunda, aquí tenemos un término medio contante entre todos los temas.
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