Fui asiduo consumidor de Wagner. A día de hoy, sinceramente, me interesa poco y francamente dudo que en la actualizad pueda tragarme una de sus óperas al completo.
La ópera es un género que me sigue gustando bastante, sobre todo las de Mozart, Puccini y Verdi. La ópera barroca también me gusta mucho.
Para mi, el problema de la ópera es que es un género muerto.
No me refiero con ello a que no se sigan haciendo o que no tenga futuro, sino a que el repertorio ya está definitivamente cerrado y centrado en una época pretérita que llega, como mucho, hasta mediados del siglo XX, con alguna excepción que, a decir verdad, se estrena más por obligación que por devoción y que pasa absolutamente sin pena ni gloria.
A mi eso es algo que me molesta profundamente. No tendría problema en seguir escuchando versiones de La TRaviata si, junto a ello, hubiera un repertorio en continua evolución, como ocurre en el rock (aunque los grandes clásicos pertenezcan ya, probablemente, a otras épocas), pero me resulta poco alentador tener que mirar siempre hacia el mismo lado cuando hablo de ópera.
Puccini siempre me ha gustado, pero las arias de sus óperas más conocidas han sido ya tan trilladas que escuchar otra vez Nessum Dorma me resulta poco atrayente.
De Verdi sólo me gustan realmente las últimas óperas: Don CArlo, Falstaff y Otello. En general las encuentro demasiado "heróicas".
Sin duda, la ópera barroca (como la música barroca en general) me gusta, pero ciertamente, los argumentos no son precisamente su fuerte. Con todo siento especial predilección por el barroco francés y particularmente por Rameau.
Si tuviera que quedarme con óperas sueltas hablaría de RAke Progress de Stravinski, con Wozzeck de Berg, con Salomé de Strauss... pero, si hablamos de compositores, sin duda, me quedo con BEjamin Britten.