Ayer escribía en otro hilo sobre las "estrellas" que los críticos daban a los últimos discos de Hammill. Lo cierto es que la crítica, hoy en día, me parece una de las profesiones más "cobardes" que existen.
Siempre se ha criticado la subjetividad que toda crítica implica y el efecto que, lo que no deja de ser una opinión personal, puede tener sobre una obra, en función, únicamente del mayor o menor predicamento del crítico.
sin embargo, hoy en día, el problema no es ni siquiera ese, sino que el crítico ha pasado a convertirse en alguien que mecánicamente valora las cosas en función exclusivamente del papel que el músico juega en cada momento. Hoy no se juzga la obra sino que se valora en función del reconocimiento social que tenga el músico que la produce.
Voy a poner un ejemplo: Bob Dylan.
Desde hace algunos años, Bob Dylan es ya considerado una leyenda. Alguien que está más allá del bien y del mal. Es verdad que sus últimos discos son excepcionales, pero, si os dais cuenta en todos los sitios sus discos últimos tienen siempre 4 estrellas. ESta valoración se da en función del reconocimiento de quien es, al margen de la calidad del disco.
Algo muy curioso es lo que ha ocurrido con su último disco "Shadows in the night". Un disco ciertamente menor, en el que Dylan se ha divertido haciendo versiones de temas cantados por Sinatra, ahora que es su centenario. Es verdad que es un disco agradable en el que Dylan, sorprendentemente, canta muy bien, pero es evidente que este disco está muy lejos de poder considerarse "uno de sus mejores discos". Sin embargo, ves las críticas (allmusic, sin ir más lejos) y, toma ya... 4 estrellas.
4 estrellas se da ahora a todos los discos que pertenecen a los músicos considerados como una "leyenda". Nada que haga una leyenda puede considerarse menor y, si algún crítico lo considera, tendría que responder de ello (de ahí la cobardía). Sin embargo, si os fijáis, tampoco ninguno se atreve a dar 5 estrellas a un disco, por bueno que sea, ya que eso supondría ir en contra también del "mainstreaming" que considera que los discos imprescindibles de estos músicos están en los 60 o 70 y, por tanto, tendrían que justificar porqué consideras que un disco de 2014 es tan bueno como aquellas obras maestras. Por tanto, entre una cosa y otra... todo es 4 estrellas
Curiosamente, esa misma cobardía llevaba a que hace unos años, en los 90, todos los discos que sacaba esta gente, hoy considerada mítica, no obtuvieran más allá de 2 o 3 estrellas (3 y media, como mucho). ¿La razón?. Muy sencilla, entonces no eran considerados míticos, sino gente que había dado todo lo que tenía que dar en los 60-70 y en ese momento eran músicos "venidos a menos". Dar más valoración a algunos de sus discos tendría que suponer, de nuevo, ir en contra de corriente y justificarlo.
No es de extrañar, por tanto, que en Allmusic, un disco de corte muy similar a este Shadows in the Night, el"Good as I been to you" (1992) obtuviera esas 3 estrellas. Este disco era, igualmente, un disco de versiones, en esta ocasión de folk, pero hecho con la misma seriedad y con resultados muy parejos al reciente. Más sorprendente aún es que una auténtica obra maestra como "OH mercy" (1989) tan sólo tenga 3,5 estrellas. En ese momento, dar más habría supuesto tener que justificar.
Más claro, en este sentido, es lo que comentaba de Hammill. Ya vimos como, desde 2003, todos sus discos tienen.. 4 estrellas.
Sorprende, en cambio que discos como X my heart (1996), tenga 2,5; Everyone you hold (1997), 3 estrellas o None of the above (2000), igualmente 3. Discos, todos ellos que nada tienen que envidiar a cualquiera de los que conforman la serie que ha sacado desde 2003.
¿La diferencia?. Lo dicho, ahora Hammill es una leyenda (a otro nivel que Dylan, claro, pero leyenda, al fin y al cabo) mientras que en los 90 era un músico que ya había dado todo lo mejor en los 60-70 y su momento era de declive o, como se decía magnánimamente, "de transición".
Conclusión: no hagáis ni puñetero caso a la crítica, jeje.