Mensaje de Facebook de Armando Boix Milián:
Asimov, en sus textos autobiográficos, siempre recordaba que cuando era joven, en los años treinta y cuarenta, el aficionado a la ciencia ficción norteamericano podía leer todo, literalmente TODO, lo que se publicaba, porque la producción del género se reducía a dos o tres revistas y contados libros, pues apenas se publicaba directamente CF en ese formato. En España, con un montón de décadas de diferencia, hemos vivido ese mismo proceso. Si dejamos de lado los bolsilibros, la literatura de quiosco (en el caso de contarlos, ahora, en realidad, se publica mucha menos CF) en los años sesenta y setenta un aficionado podía leer toda la ciencia ficción que se publicaba en España, si así lo hubiera deseado, tanto autores extranjeros como españoles. En los ochenta y noventa, con sus procesos pendulares de saturación de colecciones y de su posterior desaparición, el abanico fue desplegándose más amplio, sobre todo por lo que se refiere a la ciencia ficción, fantasía y terror escrita en español: si antes se publicaban dos libros al año de autores españoles igual ya se publicaban media docena. Eso ha cambiado. Ahora se publica mucho, en parte debido a que las nuevas tecnologías (la autoedición en libro digital, la impresión láser) permiten que sea bastante fácil publicar un libro, incluso montar una pequeña editorial. Diría que supone menos trabajo, hoy, montarte tu "small press" y sacar media docena de títulos al año del que suponía hacer un fanzine mecanografiado y ciclostilado o fotocopiado en los ochenta... Pero los libros publicados por esas editoriales pequeñas tienen exactamente la misma repercusión que tenía un fanzine: indiferencia en las revistas y suplementos culturales, invisibilidad en las librerías salvo que sean especializadas y un número de lectores por título que pueden ir de cincuenta a varios centenares, no muchos más. El día que un pequeño editor se encuentra con un libro del que ha vendido mil ejemplares se frota los ojos creyendo estar soñando. Los lectores de ciencia ficción y fantasía son pocos; no nos dejemos engañar por el éxito que el género pueda tener en medios audiovisuales. El traslado de espectador a lector apenas se produce, como el éxito de Star Wars no generó más lectores de CF en los 70 ni el éxito de los superhéroes en el cine crea más lectores de cómic.