Hay canciones con las que jamás puedo evitar emocionarme, esta es una de ellas, se trata de
"The Host of Seraphim" de
Dead Can Dance, es tan bella, apabullante, épica y grandiosa que te sientes hasta pequeñito cada vez que la escuchas a volumen brutal, IMPRESCINDIBLE hacerlo. Y encima, en el año 2007,
Frank Darabont nos regaló a todos los fans del cine fantástico un peliculón titulado
"The Mist", basado en un relato corto de otro grande
Stephen King, que incluye esta joya al final, en el terrible final, que te deja temblando y que encaja a la perfección en esas desoladoras imagenes. Una canción y una película para la historia.
Ya voy por la tercera escucha!