Me he pasado toda una vida diciendo que Peter Gabriel era Dios, mi pasión por los Genesis de la era Gabriel es tal que aunque otros muchos cantantes me fascinen el arcángel siempre ha sido muy especial para mí.
Desde los ochenta tengo discos de Banco Del Mutuo Soccorso y su cantante siempre me había parecido muy interesante y con una voz muy especial pero el honor de ser Dios lo seguía teniendo Peter Gabriel. No fue hasta que conocí Sinfomusic, ni me acuerdo cuando, que mi pasión por el prog italiano se volvió desmesurada, gracias a gente como Franc, Davol, Mr. Brain, Mellotron y unos cuantos más expertos en la materia abrieron ante mí un abanico maravilloso de un prog que tenía y que tiene algo muy muy especial. Para entonces mi conocimiento de este interminable y alucinante mundo del prog italiano era lo básico, Banco Del Mutuo Soccorso, Premiata Forneria Marconi, Le Orme, Quella Vechia Locanda y un puñado de bandas más, esta gente, imprescindible para entender lo que fue y es Sinfomusic, me dieron a conocer maravillas que ahora son para mi grupos de cabecera: Museo Rosenbach, Locanda Delle Fate, Metamorfosi, Il Rovescio Della Medaglia, Murple… y un sinfín de maravillas setenteras, y luego más actuales podría nombrar a La Maschera Di Cera, Il Bacio Della Medusa, Il Tempio Delle Clessidre y unos cuantos más que llevan por estandarte los sonidos de los maestros setenteros. Todas estas bandas son ya una parte muy importante de mi vida musical y muchas de ellas tienen a un cantante con una voz que destaca especialmente, no sé si será el idioma o la pasión italiana o yo que sé, pero los cantantes prog italianos son completamente diferentes al resto. Me ponen la piel de gallina los impresionantes: Leonardo Sasso (LDLF), Jimmy Spitareli (Metamorfosi), Stefano “Lupo” Galifi (Museo Rosenbach, Il Tempio Delle Clessidre), Alessandro Corvaglia (La Maschera Di Cera)… y un puñado de otras gargantas privilegiadas que con su poderío hacen del prog italiano ese algo especial que no se puede encontrar en otra parte. Pero claro, llegados a este punto decir que entre todo este montón de privilegiados había uno que destacaba con luz propia y era por supuesto el gran, único e irrepetible Francesco Di Giacomo.
Toda esta chapa, que os aseguro necesitaba soltar, es para rendir homenaje a ese hombre que se ha ido por un puto accidente de tráfico y que nos ha dejado huérfanos a muchos adoradores de esta música que hace que nuestro día a día sea mucho más feliz. Nadie ha podido, ni podrá, cantar con el sentimiento, con el timbre, con la belleza con la que lo hacía ese simpático barbudo, gordinflón, ataviado con sus inseparables tirantes y que tenía una pinta de simpático de la hostia, lo siento mi querido Peter Gabriel, Dios por siempre jamás será Di Giacomo.
Yo siempre que escucho, “Non Mi Rompete”, “750.000 Anni Fa… L’Amore”, “E' Così Buono Giovanni, Ma ...” o esos tres últimos minutos de “R.I.P” que nunca me cansaré en señalarlos como de lo más grande jamás grabado, me emociono, y os juro que no es amor de fan, la forma que tenía ese hombre de cantar, el sentimiento que impregnaba a sus canciones y esa maravillosa voz de otro mundo me conmueve y me llega hasta muy dentro y eso no lo ha conseguido nunca ningún cantante, solo él.
Adiós Francesco, nunca te olvidaré.