Esta historia tiene el encanto de lo demodé, de que nadie escribiría nada así hoy en día. Es parte de su encanto.
Por otro lado, es una narración que pertenece al género Dying Earth, temática que me gusta, la del remoto futuro con una Tierra agonizante.
No puedo decir nada más sin estropear la lectura.
En la edición de Delirio, el sello de Francisco Arellano, leí este libro dos o tres veces. Me asombra la cantidad de detalles que habia olvidado, también los que recuerdo después de tanto tiempo.