No sé si os dáis cuenta de que estáis haciendo discriminación por género (literario en este caso).
En mi caso personal, los géneros me resultan indiferentes, como lector. Como autor, el género no es un tema que se establezca a priori, sino que las cosas acaban encajando (o no) en un género.
A ver, si una historia como "La mole", que aún no habéis podido leer, está ambientada en un futuro cercano, es fácil que sea ciencia-ficción (por una serie de motivos, como especulación tecnológica o social). Sin embargo, mi propia narración "La promesa", que está ambientada veinticinco años en el futuro, difícilmente podría considerarse como ciencia ficción, pese a que tiene algún elemento de especulación social, que es tenue. Y por último, mi narración "El final del invierno" transcurre en Helsinki un domingo de mayo de 1992 y son pensamientos y recuerdos de una mujer mayor que visita un cementerio. Pero, asistimos a la caída de la República Democrática de Finlandia, estado que pudo ser, tal vez, y no fue. ¿El trasfondo ucrónico convierte este texto en género? Yo creo que no, que es literatura "mainstream" con trasfondo ucrónico.
¿Véis a donde voy a parar?