Prejuicios. Cuántos prejuicios tenemos.
Más allá del famoso tema de Oxygene (supongo que alguno más que no identifico) nunca he oído a Jean Michel Jarre. Para mi era, simple y llanamente... un hortera. Supongo que mi apreciación no proviene de otra cosa que haber visto algún vídeo suyo con esos espectáculos mega-mega en los que aparece tocando un gigantesco teclado iluminado, con proyecciones gigantes y demás mandangas. Algo que, desde luego, siempre me ha gustado poco o nada.
Pero tengo que reconocer que me gusta tan poco como el cerdo volante o el megamuro de Pink Floyd y, sin embargo, a estos los adoro.
Imagino que también en ese rechazo está una simple aversión "física" ante alguien que siempre se ha presentado como un "guaperas" o ante el devenir de eso que se ha llamado música electrónica y que a partir de los 80 tan horrendos resultados nos dio.
El caso es que ayer, no sé porqué me dio por escuchar estos dos discos en YouTube, pero con atención y con los auriculares. Y, francamente, me han sorprendido.
El otro día, en la última kedada, alguien se preguntaba cómo alguien podía disfrutar de los discos de Jon y Vangelis, por ejemplo, y decir que el último de Yes le parecía una mierda.
Coincido en esa apreciación que, más allá del caso concreto, evidencia que en algunos casos nos ponemos unas barreras un tanto absurdas donde dos cosas que se parecen casi como dos gotas de agua resulta que en un caso nos apasionan y en otro lo rechazamos abiertamente.
Muchos de aquí se declaran amantes confesos de los primeros discos de Mike Oldfield o de los grandes discos de Tangerine Dream o Vangelis. Pues bien, si eso es así, necesariamente, estos dos discos no pueden provocar el efecto contrario. En modo alguno. No tiene razón de ser.
Podrán gustar más o menos, pero, desde luego, pertenecen a esa misma "categoría musical". No tiene sentido que alguien ame Albedo y rechace Equinoxe.
Ya digo que no conozco nada de JM Jarre y, por tanto, no tengo ni idea de si posteriores discos mantienen este nivel o no, pero a mi estos dos me han parecido discos magníficos