El concierto fue buenísmo, quizá un poco frio (Manu Muré me comentó que en Toulouse, en una sala pequeña, fue algo excepcional -parecido a lo que nos pasó con los concis de Cheer-Accident en París y en Carmaux-). Con todo y sin ser el punto más alto del bolo de los americanos, a mí esta versión me gusta (y desde luego me dice mucho más que el disco de autoversiones que ha publicado Black Sabbath bajo el título "13" -toma polémica-). Fue una especie de divertimento bastante más que interesante.
Por mi parte, como comentaba, si algo se les puede achacar es la frialdad de gran parte del grupo (incluso hablando y haciendo chistes entre ellos), salvada por Jamison Smeltz y poco a poco por el resto de la banda, pero musicalmente, a pesar de ir con algún temor, salí encantado.