Fantástica esa cajita, Pantagruel.
Curiosamente, la revisión que he hecho de algunos discos de la otra "cajota", la de Columbia, me deja un sabor bien distinto. Y es que ya no sé que pensar respecto de Hancock a partir de Mwandishi.
A medida que iba escuchando los discos de Columbia, cuando compré la caja, me parecía que había unos pocos (5 o 6) auténticamente deplorables, algunas obras maestras y otros discos del montón, pero, ciertamente, ahora no se si es que el efecto de los discos malos (que son malos, pero malos, malos) hace que el resto parezca mejor.
Lo digo porque hoy acabo de terminar de escuchar Mr. Hands. Uno de esos discos que tenía ubicados a la cabeza de los discos del montón. Uno de esos que, sin llegar a ser una obra maestra me parecía que destacaba sobradamente sobre el resto de la época.
Pues bien, hoy, al volver a escucharlo, me ha parecido un disco horrible, perfectamente integrado en esa música a la "vacaciones en el mar".
Y es que, ciertamente, los únicos discos que, a fecha de hoy salvaría de esa cajota son los discos de jazz más canónico, fundamentalmente los que tiene con The Quintet o en trio, pero, ciertamente, el grado de "originalidad" de esos discos no es, precisamente, muy alto.
En definitiva, creo que Hancock es grandioso en Blue Note, sobresaliente en Warner y..... absolutamente prescindible desde ese momento.
En todo caso, tras Mwandishi, tan sólo tiene dos momentos en los que recupera su afán investigador. Por supuesto con Headhunters, con quienes sacó "Headhunters", "Thrust", "Man-child" y "Flood" y con la trilogía con Bill Laswell ("Future Shock", "Sound System" y "Perfect Machine").
Los resultados con unos y otros pueden ser discutibles, especialmente para el purista de jazz, pero no cabe duda de que, con ambos, abrió nuevos caminos.
El resto de su carrera, en cambio, ha tenido un carácter mucho más conservador. A pesar de que, personalmente, disfruto mucho más los discos con VSOP que los de la trilogía Laswell, lo cierto es que estos discos aportan poco o nada al canon jazzístico que desarrollara el segundo quinteto de Miles Davis. En todo caso, supusieron la base para todos esos movimientos "neo" que tan populares se hicieron en los 80 y 90. Los discos "disco" no aportan nada, sino que recogen (de muy mala manera, por cierto) lo que ya venía siendo éxito en las discotecas de la época. Aquí, más que precursor fue alguien que se apuntó al carro a ver si sacaba unos dólares.
Lo mismo ocurre con sus discos de ".. and Friends", que siguen la estela del Supernatural, a ver si la fórmula funciona también en un ambiente algo más jazzístico. Discos de "AOJ" (Jazz para adultos), bandas sonoras perfectas para una velada caspo-romántica o para galas benéficas varias.
Desde Sextant, a mi Hancock o me gusta o me interesa o ninguna de las dos cosas, pero nunca se volvieron a dar ambas cosas juntas.