Pues yo, que queréis que os diga, estoy de The Wall hasta la coronilla.
Yo, por edad, si lo viví en su momento. Uno de los primeros discos que compré fué Animals y, poco después, cuando salió the Wall, ya había escuchado casi todos los discos grandes de Pink Floyd.
La gente abrazó la megaobra con deleite, pero, para mi, resultaba demasiado confusa y "grandiosa".
Para mi The Wall marca el final de Pink Floyd y el comienzo de la carrera de Roger Waters. No tengo nada en contra del bueno de Roger, pero, ciertamente, su figura ha quedado bastante apagada, en el sentido de que, tras the Wall no ha hecho casi nada de relieve. Si, sus tres discos en solitario (tampoco es que se haya herniado en los últimos 35 años) están bien, pero ninguno de ellos es una absoluta obra maestra y abundan en ese concepto de música que llevó a Pink Floyd a la disolución.
Está claro que los Pink Floyd grandes son aquellos en los que se da un perfecto equilibrio entre las distintas fuerzas. En el momento en que una de ellas toma la batuta, el resultado desmerece mucho.
Con los años, he aprendido a valorar más the Wall, pero, a la par, he ido entrando en una especie de saturación del concepto. Para mi resulta patético que, ahora mismo, Waters tenga que recurrir a The Wall, no como un guiño al pasado, sino como la única forma de que la gente se acuerde de quien es.