Pues precisamente lo que yo le reprocho a Dunkerque es que no apabulle, que es lo que yo esperaba, y es lo que toca para tener cierto rigor histórico. Sesenta divisiones brtánicas,francesas y belgas acorraladas y acosadas por la Lufwaffe. 300.000 soldados rescatados en la playa. Más de 100 carros de combate británicos abandonados. En fin, fue una operación militar a muy gran escala y en la película no aparece ni un carro de combate ni más de cinco o seis aviones. Si nos olvidamos de mínimo rigor histórico, la película se deja ver y está bien hecha.
Ya digo que no la he visto, de modo que no puedo opinar. Sólo constato lo que leí que, en su momento, dijo Nolan.
Por cierto, hablando de Dunkerque y de Hans Zimmer, ahora entiendo porqué hablan de "factoría Zimmer", aunque creo que quienes lo hacen despectivamente lo utilizan en un sentido diferente. Lo cierto es que desde finales de los 90, Zimmer dirige el Remote Control Productions, donde Zimmer enseña su oficio y trabaja en colaboración con otros compositores. Por este taller han pasado compositores como John Powell (Hans Solo), Harry Greggson-Williams (X-Men, crónicas de Narnia, Megalodón), Klaus Badelt (Piratas del Caribe) o Ramin Djawadi (Juego de Tronos, Westworld).
Lo cierto es que todos estos compositores llevan el "sello de marca", determinado por lo que es la propia seña de identidad de Zimmer, la combinación de instrumentos electrónicos con la música orquestal, algo que, hasta que apareció él, era utilizado con cuentagotas y que desde entonces ha llenado las pantallas cinematográficas hasta el punto en que se ha convertido la moneda más habitual para, sobre todo, películas de acción, sobre todo cuando se combina con una nutrida representación de perscusiones.
Muchos critican a Zimmer por haber inundado el cine con música de este tipo, dejando de lado partituras mucho más convencionales donde la orquesta era la que tenía única presencia y los temas se desarrollaban de un modo mas tradicional.
En definitiva, no creo que sea sino la habitual lucha entre quien impone algo nuevo y quienes siguen aferrados al pasado y no les gusta que las cosas cambien demasiado.
Esta crítica por parte de determinados sectores ha llevado a Zimmer a ser el eterno aspirante que nunca logra rematar la faena. Así, ha sido nominado en nada menos que 11 ocasiones para los oscars, habiéndolo conseguido sólo en una ocasión, y por la partitura del Rey León que, como se sabe, debe buena parte de su fama a las canciones de Elton John, quizás, más que al score de Hans Zimmer. De hecho, nunca se ha editado en disco el score de forma individual, sino que siempre aparece mezclado con las cancioncillas.
Lo cierto es que resulta sorprendente que partituras como la de Inception quedaran sin el merecido reconocimiento, en un año en el que todos los premios fueron para La REd Social, de Trent REznor (NIN) y Atticus Ross.
Esta falta de reconocimiento de parte de la crítica, sin embargo, contrasta con el éxito de público, lo que hace que sus composiciones sean requeridas por decenas de directores y que los discos con ellas sean de los más vendidos de este mundillo.
Bajo mi perspectiva, el problema es precisamente esta excesiva productividad, ya que, si en el caso de Desplat, como decía, es raro ver que haga una partitura por debajo de la media, en el de Zimmer si que nos encontramos con partituras que no dan la talla. Por el contrario, Zimmer nos regala algunas obras maestras que son rara avis en el caso de Desplat. Es un compositor, por tanto, al que hay que analizar con cierto detalle pero también con cierta cautela.