–¿Galli Mainini?
–Sí, claro, ¿nunca escuchaste a Gracita Morales decir aquello de que habían “hablado ranas y conejas”? Es una prueba de embarazo que se hacía con ranas. ¡Lástima de bichos!
–Vale, ZappaFarmacias, vale… ¿nos dedicamos a lo que importa?
–Bueno, vale, de acuerdo –respondió el maligno minorista sumiendo su faceta pusilánime como ZappaGandhi. Tomó el recorte del grimorio, que ostensiblemente albergaba una mancha.
–¡La sangre del nigromante! –le dijo al coronel mientras la echaba en la bañera. Acto seguido, cogió una ampolla de espeispleisamina y la quebró para verter su contenido en el suero de caballo. Al hacerlo, inadvertidamente rasgó la piel de uno de sus dedos y, junto al alcaloide, una gota de su propia sangre cayó en la bañera.
–¡Sonia! –Le gritó a la auxiliar de farmacia–. Echa el cierre y asegura la cesta.
–¡Vale! –Fue su parca respuesta.
El maligno minorista se acercó al cuadro de luces y las apagó todas, salvo un fluorescente encima de la bañera.
–Es por darle un poco de ambiente –le dijo, sincerándose, la Coronel, que ya mostraba signos de manifiesta impaciencia–. Es que me gustan las películas de Boris Karloff –siguió hablando en tono confesional. Entonces Douglas Mortimer le apuntó con su rifle.
–¡Haz el favor, rondeño!
Bueno, vale, de acuerdo –repuso ZappaFarmacias, en modo ZappaGandhi, mientras empezaba a manipular una rueda que giraba lentamente en sentido horario. Una vez llegado al tope, empezó a conectar llaves eléctricas, una a una, mientras el suero de caballo empezaba a burbujear y llenarlo toda la trastienda con un color infame. Tras conectar la última llave se dirigió a juna segunda rueda, que giró también, lentamente, en el mismo sentido. Saltaban chispas de los bornes, la luz del tubo fluorescente fluctuaba, el suero de caballo empezaba a desbordarse de la bañera.
–IAO MAI MAO TAI TAO NAO –recitaba una y otra vez el héroe demediado con intensidad creciente.
En el acmé, hubo un gran estruendo, el fluorescente estalló en mil pédazos oscureciendo la trastienda y se escuchó un espantoso grito en la habitación.