Lo escuché anoche dos veces consecutivas. Una, leyendo las letras y comentarios sobre ellas y la otra totalmente centrado en la música y sabiendo más o menos lo que estaba diciendo. Una joyita de disco en el que hay rock, pop, blues... Le sobra un poco de sonido de armónica, pero tampoco molesta.
Disco muy variado y culminación de la llamada "Trilogía del Mercurio", junto a Bringing it all back home y Highway 61 REvisited.
Tras este disco, Dylan desapareció de escena, tuvo (o no, vaya usted a saber) el famoso accidente de motocicleta y cuando regresó lo hizo bajo parámetros absolutamente diferentes, con dos discos, John Wesley Harding y Nashville Skyline en los que las letras cripticas desaparecían para dar lugar a otras mucho más directas y sencillas, y donde la música abandonaba los derroteros del rock y el pop para adentrarse por los del country y la música más tradicional.
Mientras tanto, entre Blonde on Blonde y John Wesley Harding (casi dos años, lo que entonces era una burrada) qué ocurrió? Pues que Dylan se retiró al campo y en compañía de The Band comenzaron a tocar y grabar más de un centenar de canciones donde había de todo. Temas tradicionales, revisitación de canciones anteriores, muchos temas nuevos, versiones (hasta de The Beatles). Un material que se mantuvo oculto hasta 1975 (9 años después) cuando apareció "The Basement Tapes". Sin embargo, este disco, doble, tenía truco. EStaba muy manipulados, postproducido, con instrumentos añadidos y con temas que The Band había grabado (ya sin Dylan) en fecha muy posterior.
Durante años han estado circulando bootlegs con algunas de esas canciones perdidas y rumores sobre la extensión de las mismas, hasta que en 2014, dentro de la serie "Oficial Bootlegs" apareció "The complete Basement Tapes". Una caja de 6 cds con nada menos que 138 temas (creo recordar) que, tras un portentoso trabajo de documentación, recoge todo el material que, en uno u otro formato se había ido guardando de aquellas sesiones. Existe una versión reducida, llamada The Basement Tapes Row que, en un par de cds recoge lo más granado de aquellas sesiones.
Es verdad que esas sesiones tienen mucho de mística, por todo lo que ha rodeado siempre a ese Santo Grial escondido pero, aún así, hay grandes temas ahí. Quizás no para empezar por ello, pero no desdeñable en absoluto. Desde luego, material para abstenerse por prog-heads.