En realidad todo esto depende mucho más de la grabación en sí que del sistema o formato en que se almacene. Y por ello me refiero tanto al formato físico (vinilo, cd, etc.), como al tipo de codificación utilizado (en el caso de grabaciones digitales).
Si en una grabación no se recogen sonidos por debajo de 40 hz, me da lo mismo que me lo pasen en un cd, en un sacd o en lo que sea, ya que, al final, no voy a escuchar nada por debajo de los 40 hz.
En eso llama mucho la atención las grabaciones modernas en 5.1, sea de discos de estudio (como el Return to Ommadawn) como grabaciones de conciertos. En estos discos se tiene en cuenta desde el principio la existencia del ".1", es decir, un canal específico para los sonidos que quedan por debajo de los 120 hz y que, con frecuencia, apuran hasta niveles próximos a los 25 hz.
Escuchar el bajo que aparece en torno al minuto y medio de Return to Ommadawn es toda una prueba para calibrar los sistemas de audio 5.1, ya que, si tienes exceso de bajos, te retumbarán hasta los filamentos de las bombillas.
La diferencia de ese pasaje entre oírla en la versión cd y escucharla en el 5.1 es abismal.
Otro disco donde las diferencias son enormes es el últimos disco de Pink Floyd "The endless river".
El problema que hay con el canal .1, tanto en música como en cine, es que no existe un estándar y, en consecuencia, las variaciones que hay en los niveles de grabación son enormes, por lo que en unos casos puede retumbar hasta los cimientos y en otro quedar prácticamente ausente.