Quizás esto diera para un subhilo que podría denominarse "la música y el sentido del humor"
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Lo cierto es que, ahora que toco este tema, se me viene a la cabeza esa imagen que tenía al principio de mis contactos con el RIO, según la cual había dos grandes tipologías que no alcanzaba muy bien a identificar.
Una es la que guarda mayor relación con la tradición musical europea. Si, ya sabéis, Univers Zero, Present o incluso Magma, ya que aquí hablamos de RIO y de Zeuhl.
la Otra es aquella que tiene, quizás, un carácter aún más experimental o vanguardista lo cual, frecuentemente, parece que viene unido a cierto sentido del humor o, al menos a cierta "desvergüenza" a la hora de utilizar los recursos. En este grupo estarían desde Zappa a Cassiber, pasando por Etron fou Leloublan. Música vanguardista, sin duda, donde todo tiene cabida y para la que hace falta una actitud no sólo abierta desde el punto de vista musical sino desde un concepto más amplio, que lleve a considerar la pieza musical como una obra total en la que se pueden incluir elementos teatrales, cómicos, declamatorios o simplemente chocantes.
Tengo que reconocer que, como decía, tengo ciertos problemas con esta concepción abierta. En realidad, la tengo con casi todas las artes pero particularmente, con la música.
Para mi, el concepto de música es un concepto más cerrado que me incita a valorar algo en sus estrictos valores musicales. Quizás, por eso, no aguanto demasiado a Zappa, cuando empieza a cantar con inflexiones teatrales, cuando dedica 20 minutos a contarme una historia como si fuera El Club de la Comedia o cuando Etron fou Leloublan empiezan a cantar, sobre una especie de ska, que nos van a contar la historia del amuleto y el pequeño conejito, utilizando un tipo de recitado que a mi, francamente, más que resultarme gracioso me pone de mala leche.
Yo ese tipo de cosas, inevitablemente, las comienzo a valorar desde parámetros no musicales. Como me ocurre con La Mandrágora o con Les Luthiers. Y, si lo hago bajo esa perspectiva, me pueden hacer gracia, pero para mi no es música es.. otra cosa
En todo caso soy incapaz de meter en el mismo saco (si, por mismo saco entendemos, la música que me gusta) a la historia de ese conejito y el Barbaro ma non troppo de Present.
Para mi son elementos "distráctiles", como lo es ese "Robert" o el "Arriiiiba" que Cassiber repiten incesantemente en alguno de sus temas.
También me pasa en otras músicas, no sólo en el progresivo.
Cuando el elemento "estético" o escenográfico superan ciertos límites (particulares, desde luego) mi interés decae. Quizás, por eso, hace muchos años que dejé de escuchar heavy. Soy incapaz de prestar siquiera atención a la música de Kiss o a la de Marilyn Manson o a la de tantos guitarristas postureros de mallas ajustadas que afinan la púa mientras los fuegos artificiales estallan detrás.
Recuerdo que en 1989 o 90 (no recuerdo) dejé de escuchar rock durante una buena temporada tras un concierto de los Rolling Stones en Madrid que me pareció un auténtico circo. Muñecos hinchables gigantes, globos enormes, fuegos artificiales, carreritas..... todo... menos música o, peor aún, sepultando la música.
Por supuesto, no abogo por la sobriedad monástica en el escenario. Me gustan las buenas puestas en escena, las luces y los efectos, siempre que sirvan para realzar la música, pero odio cuando todo esto se antepone a la propia música.
Evidentemente, cuándo se da una cosa y cuándo otra es algo absolutamente personal e intransferible de cada cual.