Acabo de terminar
"Naná", de
Zola y ¡me ha encantado!
Me da vergüenza reconocerlo, pero hasta ahora no había leído nada del escritor francés, y la novela me ha enganchado, aparte ya de por la capacidad descriptiva de
Emile Zola y su crudeza, la habilidad para "pintar" -sin excederse en las descripciones- magníficos cuadros, con una tremenda plasticidad y profundidad para a continuación animarlos magistralmente (hay algunos capítulos geniales), por su forma de escribir, para nada ligera, pero realmente fluida (a pesar de la más que regular en ocasiones traducción de esta edición -Sarpe 1984, cedida por EDAF-), que hace que no puedas dejar el libro. Como en obras de otros autores -me viene a la cabeza
Cortázar-, lo más atractivo para mí no es el destino (esa enseñanza moral sobre la degradación humana y el
determinismo genético -por así decirlo- de que hacen gala los naturalistas) sino el viaje en sí, la propia narración de la historia. Y todo esto sin contar con el preciso y descarnado retrato del vicioso y viciado París cortesano del Segundo Imperio.
Y perdonad la parrafada, pero es que el libro me ha gustado mucho. De hecho ya tengo otro suyo en el disparadero.
Ahora, tras revolver por casa, he recuperado, para hojeadas intermitentes, esta estupenda recopilación de artículos de
Lázaro Carreter:
Y por último, acabado ya de montar un archivo Word con todos los trabajos que
Carlos Romeo colgó el pasado septiembre aquí en el foro y ya en el kindle, me dispongo a atacarlo.