Acabo de leer en Facebook que la Revista "Prog" probablemente tenga que echar el cierre. No es la única. En los últimos tiempos estamos viendo como muchas publicaciones y web especializadas están perdiendo adeptos, mientras que foros como éste, qué os voy a contar, parecen igualmente perder fuelle.
Muchas son las razones para ello, evidentemente, y cada una de ellas, sin duda, pesará de forma distinta en cada uno de los lectores o "comentadores", pero, en mi opinión, hay una que se eleva por encima de las demás. Y la palabra es.... saturación.
La irrupción de internet ha hecho que proliferen propuestas musicales, comentarios, páginas especializadas, etc, de debajo de las piedras. Algo que, en principio, podría entenderse como positivo y que suponía un paso adelante respecto de la penuria que existía antes, parece haberse decantado por el lado del exceso. Como diría aquel "ni tanto...ni tan calvo".
Son varias las personas (y yo mismo) que en los últimos meses me vienen comentando eso de que les gustaría dejar de comprar discos y dedicarse ya a escuchar lo que tienen, dejar de investigar, de seguir nuevas recomendaciones. Algunos, incluso, me consta que lo han hecho. Han echado el cierre y se dedican a revisar sus ya nutridas discotecas, olvidándose de las novedades que proliferan por doquier. Y, cuando hablo de "novedades" no me refiero a una visión temporal de "lo nuevo", sino lo que resulta novedoso para alguien en concreto, lo cual, evidentemente, incluye cientos, miles de referencias aparecidas en los años 60 o 70.
Antes, hace muchos años, llegaba el disco antes que la referencia. Alguien te prestaba un disco o lo comprabas porque te gustaba la portada y, si te gustaba, se pasaba días o incluso semanas en el giradiscos mientras que pugnabas por encontrar alguna reseña en alguna de las pocas revistas especializadas que te diera alguna opinión contrastada, alguna información adicional.
Ahora ocurre a la inversa, antes incluso de haber escuchado el disco, uno ya tiene decenas de comentarios que lo sitúan como una obra maestra o como un disco prescindible, puede acceder directamente a él en YouTube o Spotify, así como a otras decenas o centenares de discos del mismo grupo o de los distintos proyectos de cada uno de sus miembros, así como del movimiento del que forman parte.
Vivimos una situación en la que no parece haber término medio. O sigues (intentas seguir inútilmente, más bien) el ritmo de los acontecimientos o te plantas y dices "a la mierda con todo, me quedo con mis discos de Pink Floyd, Yes y Magma y que les den).
Yo, francamente, empiezo a estar cansado. Creo que les pasa a otros. Uno puede encontrar aliciente en centrarse un tiempo en torno a un tema común que genere cierto consenso y contrastar opiniones y experiencias, pero resulta agotador seguir el ritmo de 100 referencias que aparecen, no ya aquí, sino en las varias páginas que uno puede conocer a diario, en Facebook, en revistas. Uno, frente a ese frenesí, acaba por echar el freno y decir "mira, paso de lo que me digáis. Me da lo mismo. EStoy ya de la última obra maestra y del último disco que hay que tener hasta las narices".
Particularmente me resulta poco estimulante simplemente conocer las decenas de discos que unos u otros puedan escuchar, si eso no va acompañado de un mayor comentario pero también de la posibilidad de establecer algún tipo de feedback, de intercambio de opiniones, de una mínima conversación que no dé la sensación de que estamos ante una especie de listados autistas en los que cada cual refleja lo que le interesa sin importarle un pito si eso interesa a alguien más o no.
Por supuesto, no echo la culpa de ello a nadie, en la medida en que yo soy el primero que participo de ese modus operandi, pero me siento saturado. Saturado de música, saturado de foros, saturado de novedades, saturado de nuevos descubrimientos.
No quiero plantarme. Va en contra de mi forma de ser. Hacerlo, para mi, supondría de algún modo perder una parte esencial del placer que encuentro en la música, pero no quiero seguir de este modo. Mi placer siento que, por momentos, se está convirtiendo en una obsesión. Uno compra un disco y, en lugar de disfrutarlo, está ya pensando en los 15 que va a comprar a continuación mientras sigue mirando páginas y recomendaciones es base a las cual acumular otros 50 para las próximas semanas.
Es momento de reflexión. Acaba el año y no sé si esta idea es compartida por alguien o es una chaladura que me ha dado. No sé si hay algún interés por parte de alguien en que, entre todos, hagamos de este foro algo más ilusionante, más participativo. Tampoco sé si hay forma de hacerlo o los intereses ya son tan dispares que no ha lugar a ese punto de encuentro del que hablaba.
Perdonad por el rollo pero, simplemente, quería dejar esa reflexión por si por ahí hay alguien que, como yo.... se siente saturado.