A mi me encantan Mogwai, me gustan la hostia "Rock Action", "Happy Songs for Happy People" que es el disco con el que les conocí y me parece cojonudo y "Government Commissions" que son unas sesiones de la BBC que suenan de puta madre. Lo de los directos de Mogwai tambien tiene su cosa. Les vi en directo en Bilbao y fuí con un amigo que ya les había visto y que me dijo que en aquel concierto daban con la entrada tapones para los oidos del volumen brutal que se gastan los escoceses, como precaución nos hicimos antes del concierto con unos tapones y menos mal! aquello era el infierno, me gustaron muchísimo pero el volumen era infernal! De vez en cuando me quitaba los tapones y os juro que aquello era inhumano, de todas formas fué un conciertazo.
Sinceramente, no lo entiendo. ¿Tan difícil es bajar el volumen? ¿Es que hay que lesionar los oídos para que la música tenga fuerza? Ya me he tenido que ir de un par de conciertos del volumen tan brutal. En serio, es algo tan gratuito e innecesario que no entiendo por qué tienen que hacer estas cosas. Pero como dijo un día Ángel: esto se solucionaría con un público que permanezca en silencio durante los conciertos.
Será que me voy haciendo mayor pero yo ya no tolero esos conciertos donde el volúmen rebasa el umbral del dolor. Los conciertos donde recuerdo que la música ha sido excesivo curiosamente no lo han sido porque la gente no guardara silencio:
Celia Cruz en el Auditorio del Tec de MonterreyUno de los mejores conciertos que he visto en mi vida. Celia Cruz estaba ya cerca de los 80 años y traía una orquesta de 10 músicos veracruzanos. El Teatro es un auditorio cerrado con acústica inmejorable, y yo pasé la mayor parte del concierto en la parte de atrás donde se escuchaba perfecto, pero al correr a bailar al frente del escenario quedé unos minutos justo frente a uno de los Marshal y ahi fue donde la puerca torció el rabo.
Dream Theater en el Auditorio Nacional de la Cd. de MéxicoEscuché las tres horas de concierto de pie por lo menos a cincuenta metros del escenario y aun así las notas del bajo me resonaban en las tripas. En el Auditorio Nacional me ha tocado ver grandes conciertos de King Crimson, Yes, Marillion y Peter Gabriel, todos han sonado perfecto, pero en esta ocasión el exceso de volúmen causaba todo tipo de ecos a distintas fases que hacian imposible reconocer la música.
Stick Men en GouveiaYo también estuve en este concierto infernal pero aguanté como los machos el concierto completo dentro del teatro aunque no guardo un buen recuerdo de él.
Guapo en el pasado festival RIO de Le GarricTambién lo vi completo pero con los oídos tapados desde el principio. Esto fue mucho más infernal que lo de Stick Men, tampoco se reconocían las notas pero tengo la impresión que el reconocerlas no hubiera hecho ninguna diferencia.
Motorpsycho en la Sala Heineken de MadrídEn esta sala el sonido rebota por todos lados, pero curiosamente si el volúmen es demasiado alto rebota aun más. La única manera de evitarlo era acercándose al escenario, pero entonces los altavoces nos despeinaban.
Viaje a 800 en ritmo y CompásEn la última fiesta del trístemente desaparecido foro Mentes de Acido. Aun con los oídos tapados tuve después una tinitia de dos días. Lo curioso es que aun tocando a ese volúmen las voces del respetable tapaban a los músicos.
Keiji Haino en la Casa EncendidaA este concierto asistí junto con dos miembros del Chamberlín que salieron del concierto con el pelo completamente blanco.