El otro día, tras una primera escucha del nuevo album de Big Big Train, llegué a escribir una pequeña reseña (poco laudatoria, por cierto), pero, según estaba acabando de escribirla estaba oyéndolo por segunda vez y la impresión que me dejó esa segunda escucha fue diferente por lo que decidí borrarla y darle algunas escuchas adicionales antes de decidirme a escribir algo.
La crítica se basaba en que, siendo BBT un grupo que me gusta mucho, este disco me parecía que convertía al grupo en otro más de esos que comienzan a sacar discos "innecesarios". NO porque fuera malo, que no lo era, sino porque no aportaba nada a lo ya sacado.
Y puede que sea así, no lo sé, pero lo cierto es que, tras varias escuchas, sigue primando el que hay algo en este grupo que particularmente me hace elevarlos por encima de la pléyade de grupos que pueden practicar eso que se llama neo-prog.
Vaya por delante que no soy un gran fan de este sub-género. En general, prefiero de largo volver a escuchar a los clásicos de los 70 antes que adentrarme en grupos que se limitan a reproducir y mezclar con mayor o menor fortuna elementos de aquí y allá para ofrecer un producto digno, bien facturado pero que me aportan más bien poco.
Hay algunas pocas excepciones de grupos que -por algún motivo que nunca está del todo claro y que, con toda seguridad, es absolutamente subjetivo- rompen esa norma y me llegan realmente. Uno de esos pocos es, desde luego, Big Big Train.
Cuando alguien me pregunta porqué me gusta tanto este grupo y paso olímpicamente de tantos otros no sé darle una respuesta, pero la música de estos ingleses, sobre todo de los que eran sus últimos cuatro albumes en estudio me parece excelente, llena de sensibilidad, con melodías exquisitas y con una voz que consigue emocionarme.
ESte disco, sin embargo, en primera escucha no me produjo el mismo efecto sino, por el contrario, me dejó una sensación de fatiga, de algo ya escuchado anteriormente muchas veces, de ser, en definitiva, otro grupo más de neoprog.
Con todo, posteriores escuchas me han ido metiendo más y más en el disco y hoy diría que, sin estar, quizás, a la altura de esos cuatro últimos, tiene momentos memorables.
Eso sí, veo un paso atrás. En los últimos discos (especialmente en los últimos tres) se había producido una acercamiento de la música de BBT a elementos folk o, mejor dicho, típicos del folclore y la música tradicional inglesa (algo parecido a lo que hicieran Jethro Tull en su tiempo). Eso otorgaba a su música una mayor heterogeneidad y potenciaba las melodías.
En este disco, en cambio, el elemento folclórico queda ausente y el disco retoma un patrón ya transitado anteriormente sin que se abra a ninguna otra incorporación que habría sido bienvenida.
Digamos que BBT ha llegado a un momento en el que, a mi entender, o cambia o se agota en si mismo. Esta vía ya está transitada. Ellos mismos ya la han recorrido en demasiadas ocasiones como para que siga resultando interesante. Lo que han hecho me parece excepcional, pero es el momento de cambiar.. o dejarlo, si no quieren convertirse en otro de esos grupos que cada cierto tiempo sacan un disco innecesario para un puñado de seguidores que lo compran más como una obligación que como una devoción.