Ese disco de Keith Jarrett lo escuché hace unos años en la época en la no me gustaba el Jazz y me pareció un tostón. Cualquier día de estos lo escucharé a ver qué me parece ahora que me estoy aficionando a algunas cositas de Jazz.
Jué macho...me se ponen los pelos como escarpias leyéndote.
Compré ese disco el año en que salió...en aquella época los discos se compraban casi a ciegas (al menos en mi Caracas natal). Me gustó la portada y me arriesgué.
Caundo llegué a casa y lo puse; que decepción. El h.p. solo tocaba el piano...y son dos discos.
No podía devolverlo a la tienda (con el tiempo aprendí un truquito para este tipo de casos extremos...pero en aquel entonces era yo un jovencito muy inocente
) y no me quedó mas remedio que tragármelo. Queriendo imponérmelo -como hacen nuestras abuelas con ese pescado que no soportamos- le di varias escuchadas. El milagro no se obró, al menos no totálmente. Si bien es verdad que se me hizo un tanto menos pesado -sobre todo el corto final, la parte II c; tan hermosa que me cautivó pronto- aún así no terminé de digerirlo. Esto me duró mucho...pero que mucho tiempo.
Pues hace unos pocos años (y ahora ando en mis buenos 50s), por no dejar un espacio vacío en mi mp3, lo cargué en el.
Una noche en cama...empezó a sonar. No lo tenía previsto. Simplemente apareció.
BANG!!!
Anímate, si señor...puede que también haya llegado tu momento.