Prometheus
El viernes revisé Prometheus y me gustó bastante más que la primera vez que la vi.
Los primeros minutos de
Prometheus son la cosa
más excitante,
más espectacular,
más removedora, que he visto en mi vida de un film de ciencia ficción. No importa si luego, sobre el transcurso de la película, decae el argumento o la actuación. La idea original está fabulosamente plasmada en esas imágenes casi oníricas donde se produce el milagro de la creación. Nos lanza la mente hacia abismos llenos de preguntas sin respuesta, hacia el agujero negro que muchas veces nos falta iluminar dentro de nosotros mismos. Un
mayúsculo acierto toda la secuencia del principio, hasta en los más mínimos detalles: las imágenes de la
¨recorrida¨ por el mundo primigenio son
¨tomadas¨ desde la posición de la
misma nave alienígena: ¿notaron la sombra sobre las montañas, a medida que se produce el
¨desplazamiento¨ por sobre ellas de la
¨cámara¨ ? Es la sombra del disco de la nave. Increíble el talento que pusieron en esos primeros minutos. Eran merecedores de una obra más enorme.
Al final, la peli se ¨pierde¨ en una aventura
interesante, lo concedo. Y deja abierta la puerta para una
¨siguiente¨, también. El detalle final de la
última decisión de la protagonista sale fuera de lo común, hay que admitirlo. No es lo que uno esperaría. Por esos detalles es que ha sido uno de los films de S-F que más me ha impactado, a pesar de que la intención era explicar ¨El Octavo Pasajero¨, pero, en definitiva, traté de alejarme mentalmente de eso.