Veo que este hilo está "muerto" desde hace mucho tiempo.
Evidentemente, Jarre no es un músico que haya mantenido un nivel de creatividad aceptable, a partir de Chronologie, y para muchos foreros se trata de un músico del cual, como mucho, sólo se pueden rescatar un par de discos o tres.
Por el contrario, hay algunos otros que se iniciaron en esto de la música con algunos de los mejores discos del francés y del que, en un caso parecido a Mike Oldfield (con el que frecuentemente se le compara, si no musicalmente, si por "trayectoria"), guardan un gratísimo recuerdo.
Yo, reconozco que, más allá de los archifamosos singles que iban poniendo en la radio allá por los 70 y 80, jamás compré u escuché un disco completo del francés hasta hace relativamente poco tiempo.
Lo primero que tengo que decir es que me ha sorprendido porque, precisamente, la diferencia entre estos temas single-comerciales y el resto del disco en que se encuentran es absolutamente notable. Comparar el Calypso que abre el disco de Cousteau con la pieza ambient de media hora que lo concluye es como abordar dos tipos de música casi opuestos.
A mi, de Jarre siempre me ha echado para atrás esa excesiva comercialidad de los singles y, desde luego, esos espantosos espectáculos multimedia, multiciudad y, en mi opinión, multihorteras. Pero no sería justo si no reconociera que en los discos que he venido escuchando en estas semanas he escuchado temas que me han impactado y otros que me han gustado sobremanera.
De hecho, la mayor parte de sus discos se mueven en un terreno intermedio en lo que podría ser la música de Tangerine Dream y la de Vangelis. Más electrónico que este último y con tintes más orquestales que los primeros.
No es que sea un músico que desde aquí quiera reivindicar, pero si llamar la atención de que, particularmente, me ha gustado más de lo que esperaba.