Bueno, pues me voy a atrever con mi primera reseña. No entro en aspectos técnicos de la música porque no soy capaz de ello, así que esto es sólo el reflejo "amateur" de mis impresiones. Ya iréis diciendo qué os ha parecido el disco.
Ya desde las primeras escuchas este "Phosphorescent dreams" me ha parecido elegante pero nada sobrio, más bien lo contrario: diría que es casi exhuberante dentro de la línea de contención formal de la banda.
Lo primero que encontramos es un cambio en la producción, más cálida y atractiva, lejos de las más frias y maquinales de la segunda etapa de UZ.
Si en unas primeras escuchas me había quedado con "Très affables" y "L'espoir perdu", ahora hago lo propio con el grandísimo "Shaking hats" que abre el disco, "Rêve mécanique", un estupendo "invento" de Kurt Budé, y "Les voleurs d'ombre" (y no es que quiera hacer de menos a los otros dos, el álbum me parece realmente sólido).
Destacaría el gran trabajo de Nicolas Dechêne a la guitarra y, sobre todo, de Antoine Guenet a los teclados; ambos han comprendido a la perfección la idiosincrasia de la banda. El bajo de Dimitri Evers pasa bastante desapercibido durante todo el disco salvo algunas apariciones esporádicas -alguna a lo Present-, y los metales de Kurt Budé son los que en alguna ocasión me trasladan momentáneamente a la segunda época de Univers Zero.
El disco cuenta con siete pistas más largas de lo últimamente acostumbrado -de 5 a 12 minutos y pico, para un total de una hora de duración-, cuatro de Daniel Denis y tres de Kurt Budé que se van alternando:
En "Shaking hats" los teclados de Guenet nos devuelven al primer UZ, mientras que la base de Daniel y Dimitri en los momentos más enérgicos recuerdan poderosamente a Present. Es curioso observar cómo la sección central evoluciona de forma prácticamente imperceptible de una parte típica del UZ más clásico al Present también más "de libro".
"Vocation" es la pieza más corta del CD -4'48"-, compuesta por Kurt. De algún modo me recuerda, a pesar de reminiscencias más modernas, a las piezas cortas de la etapa clásica. Al final hay lugar para un solo, probablemente improvisado, de Nicolas a la guitarra. Un buen tema, pero el que menos me ha llamado la atención.
"Très affables" -al igual que "L'espoir perdu"- lleva siendo tocado en directo al menos desde 2012, y en él la presencia de Antoine es fundamental e incluye un solo suyo también improvisado. Es una composición de ésas "alegres, pero a lo Univers Zero" y uno de los momentos álgidos. Ésta es una de las canciones que más me recuerdan a los UZ actuales.
"Rêve mécanique" es un tema inteligentemente compuesto por Kurt, jugando de nuevo con Antoine a los teclados. Sin duda también uno de mis favoritos, a pesar de ser también más cercano a etapas recientes.
"Les voleurs d'Ombre" es una sorpresa: es un tema que encaja en espíritu (que no en sonido) con el disco "Ceux du dehors".
"L'espoir perdu" tiene un título que describe perfectamente la música: comienza con la esperanza, representada por los teclados y metales , para acabar abruptamente al tiempo que la batería de Daniel Denis comienza a redoblar "a ejecución" mientras los metales toman un cariz más oscuro y funesto. Progresivamente la batería se va atenuando hasta desaparecer, mientras que esa "esperanza perdida", representada como digo por teclados y metales, resurge hasta ganar el final del tema, como si la condena hubiese sido conmutada.
El cierre, "Phosphorescent dream", es otra larga composición, en este caso de Daniel, solemne pero también evocadora, de ésas en las que da gusto dejarse llevar y perderse y para la que de algún modo el título resulta extrañamente acertado. Los teclados principalmente y también la guitarra rememoran en esta ocasión la época del "Heatwave". Como ocurre con "Rêve mécanique", a pesar de sus buenos doce minutos y medio, la pieza se hace corta -en este caso, realmente corta-. Es un tema magnífico.
Es sorprendente que con una instrumentación típica de un grupo de rock (guitarra/bajo/batería/teclados) más metales la banda haya conseguido esa riqueza de sonido y mantener su espíritu tras el drástico cambio de formación, superando la ausencia del fagot y de cuerdas "acústicas".
La sensación que deja la escucha es la de que Daniel ha meditado profundamente el cambio en la formación, que hay un tremendo trabajo compositivo detrás -mucho tiempo invertido y muchos arreglos- y que el álbum sigue siendo fiel a la música de Univers Zero, y aunque parte recuerde a los últimos tiempos de la banda, queda claro que algo -mucho- ha cambiado, y para mejor.
Si bien no hay ningún "temazo" de esos que marcan un álbum, tampoco los hay que cojeen: en mi opinión es un gran disco, sin desperdicio de principio a fin.
(Edito: He hecho alguna modificación posterior.)