Hola ronnie. Respeto mucho tu opinión, así como la de todos los foreros de Sinfomusic, y creo que ésto que tú planteas es, simplemente, una cuestión de gustos.
Por ejemplo, lo que presento en el Portal es lo que me gusta. Y aún cuando no me convenza plenamente, si tiene valores musicales (en mi humilde opinión, claro está) sigo adelante, intentando que otros lo conozcan. Siempre estará de por medio la predilección personal, las inclinaciones musicales particulares, la evaluación de cada uno. Y allí lo aceptas o lo envías a la papelera. A veces debo oír decenas de discos para poder extraer algo de valor, o a veces nada. Sobre todo intento dar a conocer bandas emergentes, porque entiendo que están luchando por llegar al público. Por lo cual aporto mi minúsculo granito de arena, a través de este sitio formidable que es Sinfomusic. Y sucede que en esas bandas encuentras, en ocasiones, lo que sale fuera de lo común, ya que están buscando su identidad a través de un sonido que quiere ser propio.
Pero claro está, éste es mi enfoque personal. Compartible o no. El progresivo de los 70`s ya no lo tolero. Lo escuché cuando debía escucharlo. Ahora busco las sensaciones que necesito ahora, que son otras. Y creo que la libertad que tenemos todos de elegir lo que preferimos y darlo a conocer es algo estupendo, realmente.
Con respecto a las últimas ediciones (es decir: las primeras del año) son tan variadas que hay para todos los gustos. El doble álbum de Morse no está nada mal, aunque me fatigó al llegar al segundo disco, tal vez por lo extenso del emprendimiento. Con la desventaja, además, de que no todo tiene la misma inspiración.
Encontré muy parejo el disco de Evergrey, con un rock que a mí siempre me ha encantado: potente, arrollador, con buenas melodías, sin rellenos innecesarios, más un cantante imponente.
El trabajo de Ed Wynne (Ozric Tentacles) fue toda una sorpresa: hermoso, lleno de música, apoyándose en el reggae y en la electrónica.
Y con el de Steve Hackett tenemos alguna diferencia (de gustos). Esperaba menos, temía una nueva decepción (Santana y Focus fueron experiencias desesperantes). Pero creo que la pericia de este artista lo llevó a conjugar los elementos que configuran el disco de una manera muy inteligente, combinándolos de forma tal que cuando recurre al soul, al gospel, al indie, lo hace de manera muy hábil y obtiene como resultado un muy buen álbum. A quien lo ha seguido en su carrera solista de forma continua, es posible que ya no le llame la atención ni un poquito. Pero no es éste mi caso.
Y, para terminar, está a la vista la paradoja: de todo lo que escuché, lo que mejor me ha caído fueron estos tres trabajos pertenecientes a bandas o artistas de extensa trayectoria. Los emergentes no estuvieron ausentes, pero no llegaron a este nivel.
Así que, como siempre, hubo para todos los gustos (por suerte!)
Un saludo!