Soy de rock progresivo comercial, ese que no es nada difícil de amar. Por naturaleza no me gusta complicarme la vida con la música que, la vida tiene ya bastantes complicaciones sin tener que ponerme a buscarle 5 patas al gato pero, a veces me obligo con el prog mas recalcitrante -cada vez menos, he de reconocer que con los años paso ya bastante de "acostumbrar el oído"-. Esta obra sobresale entre mis esfuerzos. Si a tantos gusta, me dije no siendo ya tan joven por cierto, yo voy a encontrar el por qué. Me costó, vaya si me costó. Un montón de tiempo, escuchas y esfuerzo, pero al final entró. Caray si entró. Puedo contar con las manos de los dedos -y me sobran- las veces que he hecho algo parecido con un disco.
Se que aquí debe haber varios (casi me apostaría algo a que Edumalavida es uno de ellos) a quienes esta obra, ya desde el primer contacto les pareció música celestial y, casi seguro, arrullarían bebés con ella usándola a modo de nana. No es el caso de servidor. Yo amo el lado amable de la escena Cantérbury, lo que viene siendo Caravan y derivados. El lado crudo aquí representado fué todo un reto pero, al final, como dice el dicho: con paciencia y salivita, el elefante se trajinó a la hormiguita.
¡¡Olé!!
Un disco maravilloso -aunque a mí me parece más amable que a ti
-. ¡Es una gozada cuando te esfuerzas con algo y luego te acaba devolviendo más de lo que habías puesto! Por cierto, encuentro lugares comunes entre este canterbury y la primera etapa de
Magma (sobre todo, el debut homónimo -mal llamado
"Kobaïa"-), escúchalo ahora a ver...
Como anécdota, al principio de entrar al R.I.O./Avant-prog -lo he contado alguna vez-, hubo dos momentos fundamentales (al margen de "nuestros"
October Equus, claves en mi devenir): cuando se me "abrió"
"Western culture" de
Henry Cow, gracias a una reseña pormenorizada de otro forero, David Fresno, y cuando "me curré" el
"Slang!" de los franceses
Volapük, que es a lo que iba: no me entraba, lo escuché alrededor de 10 veces y nada, aunque intuía que ahí había "algo para mí"; lo dejé reposar 2 meses y alrededor de otras 10 escuchas, y más de lo mismo; otros dos meses "al frigo" y, al tercer intento, en la tercera escucha el disco "se abrió" literalmente y empecé a ver belleza por todos lados, y al tiempo que se me abría el disco, se me abría el avant-prog, fue una especie de llave.
Algo así me está pasando con algunas obras de
Morton Feldman, incluso sabiendo lo que puedo encontrar... pero también, no buscándolo, encuentro otras cosas que no esperaba