La verdad es que no volvió a ofrecer ese nivel... ni de lejos.
Ahora, con el paso del tiempo, uno escucha Pyramid y lo hace con mayor condescendencia, pero recuerdo que, cuando salió, para muchos de nosotros fue la enorme decepción del año.
Un grupo que teníamos catalogado casi como de herederos directos de Pink Floyd, de pronto van y se descuelgan con ese disco y con los posteriores, que fueron aún peor.
Imagino que quien descubriera a Parsons con los discos posteriores tendrá otra visión. Yo ni siquiera llegué ya, por ejemplo a The Turn of a friendly card. Con Pyramid y Eve ya tuve más que suficiente.
Recientemente, he escuchado todos sus discos hasta Ammonia Avennue, pero lo cierto es que no me gustan. No soy tan crítico como entonces, pero no es un tipo de música que me interese lo más mínimo.
En mi caso, además, siemrpe tengo el problema de lo que llamo "evaluación global" y es que, si alguien hace muchos discos que no me gustan o uno o dos que directamente odio, es muy complicado que eso no afecte a mi valoración de los discos que inicialmente me gustaban. Dicho de otro modo, tanta comercialidad posterior hace que mi valoración de los dos primeros discos sea muy diferente de la que tenía cuando salieron.
hombre, yo le guardo cariño a Pyramide y Eve, por esas obras le conoci, yo creo que son mas que aceptables y Turn of a friendly car es un buen disco,incluso Eye in the sky, para mi el descenso se produce precisamente a partir de Amonnia avenue.
Quien esto suscribe, como alguno más del foro, tuvimos la fortuna o desgracia de vivir el período 77-79 en vivo y en directo. Quiero decir que cuando salieron los discos de este periodo teníamos ya edad en la que llevábamos algunos años comprando discos.
El otro día lo comentaba con un forero que, quizás, ese hecho hace que nuestra percepción sobre determinados discos sea mucho más "extrema" que la de otros más jóvenes.
Y es que, para nosotros, los discos que aparecieron en aquellos años fueron una total y absoluta decepción. Hay que tener en cuenta que veníamos de comprar joyas como Animals, Songs from the Wood, Wind and Wuthering u Ommadawn; y que nuestra colección se nutría exclusivamente de esos discos y de otros como Close to the Edge, Trilogy o Phaedra.
Cuando en aquellos años aparecieron discos como "...and then there were tree", Tormato, Pyramid, Famour last words, "A", Love Beach, etc. fuimos de decepción en decepción.
EStos discos, vistos en la distancia y, particularmente, supongo, vistos por quienes tomaron contacto con ellos muchos años después, pueden ser considerados simplemente como "peores" que los anteriores, pero para nosotros, entonces, fue como si nos sacaran la piel a tiras, casi un engaño. Que los músicos que habían hecho aquellas maravillas se "vendieran" (esa era la palabra utilizada) sacando esa "mierda" resultaba algo indignante.
Hoy, uno escucha and then there were tree y encuentra que, más allá de ser un disco con menor inspiración y que intenta adaptarse a los nuevos tiempos acortando los temas, la cosa tampoco es tan mala, incluso encuentra cierta continuidad con lo anterior. Poco podíamos imaginar entonces que unos años después ese mismo grupo sacaría cosas como Abacab o Invisible touch, pero en el caso de muchos, resultó mucho más duro asumir que sacaran and then there were tree que Invisible Touch porque fue la gran decepción. Cuando sacaron Invisible Touch yo hacía ya varios años que había dejado de seguir a Genesis como un grupo de cabecera y, francamente, lo que hicieran me tocaba bastante de refilón.
En el caso de Alan Parsons, los dos primeros discos los integramos perfectamente en la herencia de Pink Floyd. Para nosotros, entonces, Tales y I Robot formaban parte del núcleo duro de lo que llamábamos "rock sinfónico". Sin embargo, Pyramid ya fue otra cosa y supuso una tremenda decepción en mi caso.
Cuando sacaron Eye in the Sky yo ya no escuchaba a Alan Parsons. Me daba igual lo que sacara, era sólo un músico más de esos que tenía un vídeo de éxito en televisión, pero cuando sacó Pyramid era un músico de referencia y por eso nos dolió extraordinariamente.
Visto en la distancia, seguramente, fuimos demasiado injustos con esos músicos y con aquellos discos. Primero porque no sabíamos que después iba a ser mucho peor y segundo porque, en el fondo, no eran tan malos, pero, ya digo, la perspectiva con lo que vivimos aquello condiciona mucho nuestro acercamiento a determinadas músicas.