Me gustaría interactuar más y hacer algún comentario a las cosas que vais poniendo pero es que, francamente, andan lejos de mis intereses actuales y, además, no conozco nada o casi nada de la mayor parte de ellos.
Permitidme, por tanto, que yo siga a mi rollo, indicando algunas cosillas que voy escuchando, por si a alguien en este fuego cruzado, le interesara algo.
Hoy estoy con Joshua Redman. El saxofonista se encuadra dentro de eso que se llamó "los nuevos leones", fruto del movimiento de va y ven (en este caso "ven") del jazz.
Cuando Coltrane, Ornette Coleman y otros llevaron el jazz al extremo de la atonalidad y el free, tal y como ocurriera en el ámbito de la clásica contemporánea unos años antes o en la pintura con la abstracción absoluta, todo el mundo tuvo el sentimiento de que el camino evolutivo que las artes habían llevado desde su inicio hasta ese momento había llegado a su fin. Tras la atonalidad absoluta, el free y la total abstracción no había posibilidad de un "más allá" y sólo quedaban varias vías que no eran novedosas más que en la distinta forma en que se podían recombinar elementos ya presentados. Desde entonces, las artes han sido un cúmulo de tendencias paralelas. No ha existido un mainstreaming como ocurría hasta entonces donde cada época se identificaba con un estilo concreto. Ahora coexistían vanguardistas con conservadores, sin darse cuenta de que, a medida que pasaban las décadas los vanguardistas no eran ya tales sino que tan sólo repetían los esquemas más abstractos (pero ya añejos) mientras que los conservadores volvían sobre los pasos andados para situarse en algún momento del recorrido... Y, por supuesto, estaban los distintos y variados estilos de fusión, de mezcla de elementos, en ocasiones absolutamente disímiles.
En el ámbito del jazz, el más exitoso de estos experimentos fue el jazz-rock, fusión o como quiera llamársele, que implicaba combinar elementos del jazz y del rock. Esto fue así, sobre todo, en el primer lustro de los años 70, pero, a partir de entonces, la vía comenzó a agotarse y, como poco a dar paso a otras combinaciones y, paralelamente, muy criticados al principio, comenzaron a surgir los primeros "conservadurismos".
Sin duda, el más famoso de todos ellos fue VSOP, el grupo de Herbie Hancock que recuperaba la esencia del gran quinteto de Miles y cuyos discos combinaba con sus horribles experimentos discotequeros de la época.
Wynton Marsalis fue, durante un tiempo, el gran patriarca del "revivalismo" en el jazz. Sin embargo, no se si por demasiado académico o por "teorizar" demasiado sobre ello, siempre se llevó más palos que loas. Ya en los 90 surge toda una generación que parte de esos planteamientos para continuar allá donde lo dejara el quinteto de Miles Davis, el Coltrane pre-Love Supreme, etc. Joshua REdman (saxo) y Brad Mehldau (piano) son, seguramente, dos de sus más relevantes representantes.
Música, por tanto, bastante apegada a la tradición, no exenta de momentos de tensión pero que, en general, discurre por caminos ya bastante trillados. Lo cual no deja de tener tampoco su atractivo.
Este disco, particularmente, es uno de los que más me gustan de REdman.