DECEPCIÓN.
La verdad es que mi relación con Fred Frith es una de las más extrañas que nunca he establecido con ningún músico. Junto a discos que me parecen excepcionales, me encuentro con otros que me resultan absolutamente indiferentes, mientras que otros me exasperan profundamente.
Francamente, por lo poco que había "picado" en YouTube me esperaba otra cosa de estos dos discos del Fred Frith Guitar Quartet, pero lo cierto es que no he soportado, siquiera, escuchar entero ninguno de ellos. Algunos momentos, pocos, me han gustado. Otros, la mayoría, me han aburrido y algunos, no demasiados, han entrado en esa categoría en la que uno duda si lo que está oyendo tiene algún objetivo o, directamente, es una tomadura de pelo.
Lo de que Fred Frith es capaz de lo mejor y lo peor es una definición que, en este caso, se queda muy corta. Lo que es cierto es que llevo ya escuchados con atención no menos de 12 o 14 discos de Fred Frith y a estas alturas, sigo sin tener ni puñetera idea de por dónde va este hombre. Sea como sea, estos dos discos no entran, desde luego, en la categoría de los que entendería como "recomendables", ni muchísimo menos.
Pues... Me gustan y los recomiendo...
Ya sabemos lo de que "para gustos los colores", pero... no lo entiendo. Si alguien pudiera explicarme que puede encontrar en discos así para decir que "me gustan" lo agradecería. Yo lo único que puede decir categóricamente es que son... poco comerciales. Por lo demás, si cojo la guitarra, te hago cinco discos como esos en 6 horas. Y no hablo en broma. ES más, si le añades el nombre "Fred Frith" no creo que nadie se diera cuenta de la diferencia.
En mi opinión, compositivamente hablando, las pocas líneas que aparecen son realmente planas y, por otra parte, no creo que bajo el término "improvisación" deba tener cabida todo. Hay improvisaciones buenas, regulares y malas y estas, desde luego carecen de la más mínima inspiración.
Los discos ni siquiera me parece que sean ejercicios de estilo. En todo caso, un catálogo de distintos ruidos o sonidos que se pueden extraer con la guitarra. Si, efectivamente, si arrastramos la púa por la cuerda suena de una manera y si golpeamos las cuerdas con un boli, de otra.
Y, ya digo, mi crítica no es a Frith, a quien, ya sabéis, en otros discos admiro profundamente. No es, por tanto, un juicio a su capacidad como músico ni como compositor que me parece sobradamente demostrada, pero creo que en su prolija carrera hay discos que realmente no sé muy bien a qué responden ni qué objetivo persiguen.