No me gusta hablar de "ciclos de escucha", porque nunca he hecho tal cosa, pero, dado que me compré la caja de Lou Reed, es evidente que en estas fechas estoy escuchándole bastante.
Ayer le tocó el turno a este The Bells, un disco que creo haber escuchado solo cuando salió en su momento, allá por 1979, sin que, entonces, me gustara demasiado.
Es un disco extraño donde los haya. Grabado en el llamado sistema "binaural", que utilizaba dos micrófonos para intentar dar una sensación de mayor espacialidad, su trascripción a cd fue auténticamente penosa. Para aclararnos "sonaba como el culo". Ahora ha sido restituido gloriosamente. Lo cierto es que las remasterizaciones que hizo el propio Lou Reed antes de fallecer son muy buenas.
Hay temas como "Disco Mystic", algo así como una parodia dé la música disco que sonaba entonces y que, cuando salió, me horripilaba y, sin embargo, ayer, al escucharla, me dí cuenta de que es un tema que parece salido de la cara A de Low de Bowie. Me encanta "City Lights", con esa voz ultraprofunda y engolada que pone Reed, pero, sobre todo, destacan los casi nueve minutos del tema que cierra el álbum y le da título.
Un tema cofirmado por el saxofonista Marty Fogle. Lo que no es extraño, si tenemos en cuenta que en el disco participa también Don Cherry.
Un disco que pertenece a esa etapa oscura de Lou Reed, siempre a la sombra de discos como Transformer, Conney Island o Blue Mask pero que, probablemente, tenga incluso más interés que la más luminosa.