Hoy me he dado
un gustazo de ¨aquellos¨.
Aprovechando unos días de descanso de los que estoy disfrutando antes de llegar a las fiestas de fin de año, me propuse pasar una tarde distinta.
Llené un
largo vaso con jugo de naranja bien frío (me aseguré la temperatura con algunos trozos de hielo) y me dispuse a escuchar música.
¿Porqué ir a buscar? , me pregunté. Lo tengo todo en
un solo sitio. Todo lo que más amo. Todo en
un lugar único.
Prendí el ordenador. También el equipo de audio. Y abrí el Portal.
Ya no puedo describir mucho más.
Toda una tarde con el sonido de los cielos en mis oídos. Vaya qué lugar éste.
No estoy seguro pero creo que, en medio del trance, me retiraron del escritorio por la fuerza entre varios familiares, mientras me abrazaba férreamente a los altavoces, luego de varias horas de recorrer los caminos musicales de mi preferencia.
Qué privilegio.
(Ahora ya estoy más repuesto.)