Hace unos meses tuve una entrevista de trabajo en una productora y como el jefe de producción es un antiguo conocido mío, de mi edad más o menos, le regalé un CD (de Mundo Flotante). Le dio tres o cuatro vueltas en las manos con cara de perplejidad
Y me dice: '¡Hostia tú, hacía siglos que no veía un CD!'. Como me vio la cara que ponía yo, supongo que de consternación, se vio obligado a añadir: 'oye, que yo escucho mucha música en spotify... Pero pagando, ¿eh?, pagando...'
La música se ha convertido en un servicio gratuito de usar y tirar. Claro, aún quedan melómanos y gente a la que le interesa comprar discos (menos mal...), pero porque todavía no ha desaparecido la generación que creció con el vinilo. Existe gente que compra discos del mismo modo que existe gente que aún cuenta en pesetas. La etapa del CD ha sido una breve transición al desastre. Stravinski no sólo hace alusión a las grabaciones, también a los medios de comunicación. No pone el ejemplo de Bach caminando como una estampa de lo ideal, sino que lo usa en contraposición al paisaje que ya en su época se empezaba a vislumbrar, para ilustrar su idea. Claro que él no podía imaginar el alcance de su profecía cuando dice lo de la 'facilidad inaudita en la ausencia de todo esfuerzo'. ¿Es un visionario? Bueno, como Julio Verne, no es tanto un visionario como un tipo que está al tanto de lo que sucede y sabe contar dos mas dos.
Terminando el rollo, ayer salí a la calle a buscar CDs grabables para hacer el máster del disco de OE Quartet, se me habían acabado. Fui a un sitio que no voy nunca porque es caro y no está especialmente bien surtido, la tienda de informática del pueblo
Así que entro y pido CDs grabables verbatim, y la dependienta me dice: 'Huy cedés (como si le estuviera pidiendo discos de pizarra), no sé si me quedará alguno por ahí... Pero si queda tiene que ser en tarrina (absurda idea de que alguien pueda necesitar varios CDs)... ¡Con lo que se vendían antes! Pero esto ya no lo pide nadie y no los traemos...' Para qué comentar. Bueno, al final sí tenía una tarrina de 25 verbatim detrás de unas cosas en una estantería llena de polvo.