A mayores y a diferencia de otras grandes bandas (de algunas de las cuáles son declarado e irredento fan, como Allman Brothers), no es sólo ya ese maravilloso espacio para la sorpresa y la improvisación del que hablaba Fernando, es también la increíble intensidad musical que han mantenido en vivo durante toda su historia, incluso durante la época más estéticamente sonrojante y musicalmente dañina (hablo en general, ojo) de los 80s. Conciertos como el del Bobino siguen siendo electrizantes, cosa que no se puede decir de muchos otros. He citado el caso de los Allman porque es otro grupo del que he escuchado un sinfín de conciertos y haberlos los hay de bajísima intensidad, por problemas internos del grupo, problemas "de salud" (ejem...) de alguno de los componentes, falta de interés, etc. Quizá la férrea mano de Christian Vander tenga mucho que ver con esto, o el hecho de que la reputación de Magma haya estado casi siempre por encima del carisma o egos de sus miembros.